Lo que hace Carretero es emular una iniciativa promocional que Seat llevó a cabo en 1968, cuando salió el coche al mercado, y con la que iban recalando en los concesionarios de cada lugar. Pero él va por su cuenta y riesgo y va a pasar por todas las provincias peninsulares en poco más de una semana.

“He aprovechado mis vacaciones para dar la vuelta a España, ya que no pude hacerlo en 2018 cuando se cumplía medio siglo del lanzamiento del 124”, ha explicado desde Barcelona, en un día en el que, procedente de Castellón, ha pasado por Tarragona y Girona, antes de viajar el martes a Lleida. En cada ciudad se toma una foto con un elemento representativo, dentro de las posibilidades de acceder con el vehículo.

Tiene previsto culminar la vuelta a España en nueve días: empezó por el norte y luego tomó la Ruta de la Plata hacia Andalucía para subir por la costa mediterránea: “el coche no me está dando ningún problema, pero he traído piezas de recambio por si acaso, aunque hasta ahora no las he tenido que utilizar”.

“Tampoco he tenido que parar en ningún taller, le llevo bien carburado y voy tranquilo, a 90 o como mucho a 100 kilómetros por hora, por lo que consume entre seis litros y medio y siete a los 100”, ha explicado el enamorado del 124. Tanto que lo compró en 2005, un año antes de sacarse el carné de conducir: “era una oportunidad” por 4.000 euros.

En ese tiempo lo condujo su padre, uno de los responsables, junto a su abuelo, de su afición a este modelo. “Siempre he tenido mucho cariño a este coche. Mi abuelo y mi padre toda la vida hablaban del 124, contaban lo que les había ocurrido en un sitio y en otro, y yo lo veía en viejas películas de súper ocho.

Miembro del Club Nacional 1430 124 y 124 Sport, Juan Carlos Carretero recibe con satisfacción la simpatía que despierta en la ruta: “me saludan y me pitan desde otros vehículos” mientras él no pasa de 100.