“El nombre de albergue se quedaba un poco anclado en el pasado y obsoleto, por eso decidimos cambiarlo por dignificar a sus usuarios, que no sientan que están en algo excluyente, sino que sea para ellos un verdadero hogar”, ya que “desde Cáritas Diocesana de Ávila queremos ofrecer a los usuarios una casa, un hogar”, según ha explicado Juan Antonio Avilés, su encargado.

El centro ofrece un servicio de alojamiento y comedor social, además de todo lo relacionado con la higiene personal, aseo, y lavado de ropa, “todo lo que se lleva a cabo en una casa”, que es lo que desde Cáritas pretenden fomentar con el cambio de nombre.

Situado en la calle Príncipe Don Juan, el Hogar Santa Teresa se encuentra completo al haberse reducido a la mitad las plazas debido a las restricciones de aforo impuestas por la situación sociosanitaria. “Aunque el hogar tiene capacidad para 18 personas, en estos momentos sólo podemos ofertar nueve, que están cubiertas”, ha señalado Avilés, aunque “si alguien pasa por Ávila y no hay plaza en ese momento, Cáritas tiene un acuerdo con una serie de hostales de la ciudad donde esas personas puedan pasar la noche para que nadie se quede en la calle”.

Al responsable del centro le gustaría que la gente conociese a quienes pasan por allí: “yo llevo muchos años en este ámbito y te encuentras con personas que han llevado su vida normal, con su familia, con sus hijos y que, por circunstancias de la vida, se les viene el mundo encima”.

Efectos de la pandemia
Muchas de las personas que llegan al hogar “tienen problemas bastante cronificados en el ámbito de la calle”, si bien con la pandemia “se constatado cómo también hay personas que puntualmente necesitan un apoyo para asentarse en un sitio y poder salir de una situación de exclusión”. Y es que “una vez que tienen sus necesidades básicas cubiertas se les puede derivar a cursos, al servicio de empleo… echarles una mano para que se asienten y puedan recuperar la normalidad que ellos demandan”, ha explicado el responsable del hogar.

Hay dos tipos de demandantes de plaza, las que llegan de paso, quizá empadronados en algún municipio de Castilla y León y necesitan parar para solucionar algún tema burocrático, como sellar el paro en una fecha concreta, o tienen una visita médica programada. “Y se les ofrece la posibilidad de quedarse con nosotros el tiempo que necesiten hasta que puedan solucionar esa circunstancia”, explica su responsable.

A la vez, se ha puesto en marcha un centro de atención integral para que “tengan las herramientas para recuperar su vida social no como estaban hasta el momento: mal mirados y excluidos” porque “ellos “quieren volver a una vida normal”. Se trata de un trabajo “más personalizado, con todos los apoyos necesarios de atención primaria y atención social, para dar una respuesta integral a la persona, no solo cubriendo sus necesidades básicas de alojamiento, sino también a nivel de ayudas, burocrático, y todo lo que nuestras trabajadoras sociales puedan atenderles”, ha detallado el encargado del hogar.

“Queremos que todo sea un mismo eje en el que todos estemos coordinados, y podamos apoyarnos unos programas y otros, para que todo sea más transversal y la persona pueda tener las respuestas que necesita en cada momento”, ha destacado Avilés.

El hogar cuenta con personal contratado, como vigilantes o la cocinera;  tres Hijas de la Caridad, “que son el apoyo máximo que podamos tener porque están las 24 horas al pie del cañón”; y voluntarios. “Quiero animar a toda la población de Ávila que pase a ver qué labor hacemos, porque colaborar con nosotros sería tremendamente gratificante para ellos”, ha animado el responsable del hogar.