Beatriz del Pozo y Francisco Herrero, profesores de la Escuela de Música, nos han enseñado las instalaciones del centro, sin dejar de lado las reivindicaciones: “este edificio nunca se ha adaptado a las enseñanzas que impartimos”, explican.

La insonorización de un emplazamiento con estas características es fundamental para el bienestar de los vecinos y para la salud de los propios profesores y alumnado. La opción de trasladarse a otra ubicación siempre ha resonado por las paredes del centro, sin embargo, las promesas de mejorar sus condiciones de trabajo parecen no llegar nunca. Del Pozo asegura que el edificio actual tiene espacios que podrían ampliarse para adaptarse a las condiciones que demandan, porque en la actualidad “no existe un sitio específico para dar sus enseñanzas”, es decir, “habría que construir uno nuevo”.

El coronavirus no ha sido un problema para la gestión del centro. Los alumnos van con la lección aprendida de casa y conocen todas las medidas de seguridad. Mamparas, geles y mucha distancia son parte de la solución para que la música nunca deje de sonar.

El 85% de los alumnos de este año han decidido matricularse para el próximo curso, pero este hecho no significa que no exista la posibilidad de descubrir o ampliar conocimientos musicales. Francisco Herrero, asegura que “nunca es tarde” para iniciarse.

Nuevas solicitudes

Las inscripciones aún pueden realizarse a través de la sede electrónica municipal, en la Oficina de Atención al Ciudadano o a las instalaciones del propio centro.

Finalizado el plazo de inscripción, realizarán un sorteo para establecer el orden de admisión y el de solicitud de horario de las diferentes especialidades instrumentales. A finales del mes de mayo se publicarán las listas con los admitidos y horarios de las asignaturas obligatorias: Música en Familia, Música y movimiento y Lenguaje Musical.

El plazo para formalizar la matrícula será del 1 al 15 de junio. El trámite se realizará preferentemente a través de la sede electrónica municipal.