La cuota de los dos primeros es algo establecido, invariable, pero en el seguro se puede ahorrar, teniendo en cuenta que existen multitud de opciones en cuanto a compañías y coberturas se refiere. Solo tienes que hacer una búsqueda en internet para encontrar multitud de alternativas.

Dentro de la clasificación de los distintos tipos de pólizas para coche existentes, se pueden encontrar tres principales, los seguros a terceros, los más básicos de todos y también los más baratos; los seguros a terceros ampliados, un punto intermedio, con mayor número de coberturas; y, por último, las pólizas a todo riesgo, las más completas de todas y, por ende, las más caras.

Entonces, ¿cómo se puede ahorrar cuando se habla de contratar un seguro? 

¿Qué coberturas incluye un seguro a terceros?

Se trata del tipo de póliza, como se comentaba anteriormente, más básico, con las coberturas fundamentales, suficientes para proteger tanto al coche, como al conductor o a los pasajeros de otro vehículo con el que se pueda sufrir un accidente.

Incluye, de este modo, la cláusula principal que debe asegurar todo vehículo, la Responsabilidad Civil, que garantiza que la aseguradora se hará cargo de los daños que se puedan producir a terceros en caso de accidente.

Además, a pesar de ser el seguro más básico de todos, se le pueden añadir coberturas complementarias, en función de las necesidades como conductor. Las principales que suelen incluir este tipo de pólizas son:

-Asistencia en carretera y asistencia sanitaria no concertada, la cual garantiza un servicio médico en caso de accidente.

-Defensa jurídica: cubre los gastos legales en caso de infracción, pero nunca los pagos de aquellos daños causados por el delito en cuestión.

.Indemnizaciones: cubren aquellos gastos asociados a un accidente en el que una o varias personas puedan sufrir invalidez permanente o fallecimiento. Por lo general, la invalidez temporal no está incluida en este tipo de seguros.

Seguro a terceros ampliado, ¿qué extras ofrece?

Se trata del tipo de seguro intermedio que, además de incluir las coberturas mencionadas en el punto anterior, ofrece otro tipo de cláusulas, entre las que se encuentran el abono de gastos asociado a un incendio, el robo del vehículo o la rotura de alguna de las lunas del coche, definidas más ampliamente a continuación:

-Cobertura en caso de incendio o siniestro total del vehículo: en aquellos casos en los que el coche siniestrado tenga menos de dos años de antigüedad, este tipo de accidentes conllevará una devolución del cien por cien del importe abonado por su compra. Por otro lado, si ha superado ya los dos años de vida, el importe a devolver tras el accidente será el valor venal del vehículo, es decir, el precio de la tasación de venta en el momento previo al siniestro.

-Cobertura por robo: aquellos casos en los que el vehículo es sustraído con fuerza, por el contrario, sería considerado hurto y no todos los seguros incluyen ese caso. Además, existen pólizas que incluyen indemnizaciones para afrontar los posibles gastos asociados a un intento de robo.

-La última cláusula añadida a este tipo de seguros está relacionada con la rotura de alguna de las lunas del coche, incluyendo el parabrisas, la luneta trasera, las ventanillas laterales y, en ocasiones, el techo solar. Esto implica un arreglo en caso de ser posible o bien una sustitución de la misma.

Entonces, ¿cuál de los dos es mejor?

Si se trata de ahorrar de forma directa, la mejor opción siempre será optar por un seguro a terceros simple, puesto que, como se comentaba anteriormente, el precio de la cuota de estos es la más baja de todas las pólizas existentes.

Ahora bien, es necesario plantear las posibles situaciones que puedan aparecer ya que, a pesar de suponer un ahorro a corto plazo, a la larga puede implicar mayores pérdidas, debido a las coberturas que no incluye. ¿Te imaginas que te roban el coche prácticamente nuevo y tu seguro no incluye una cláusula de robo? En este caso el ahorro no serviría para nada puesto que la pérdida es mayor.

También se puede optar por un seguro básico a medida, incluyendo solo aquellas cláusulas que puedan ser interesantes para el conductor y que puedan cubrir los posibles desperfectos y situaciones que aparezcan.

Otras formas de ahorrar en el seguro del coche pueden ser realizar el pago de la cuota en una única transacción, evitando así los intereses ligados a su fraccionamiento, o agrupar todos los seguros que se tienen en una misma compañía, lo que suele conllevar una reducción de cuotas u otro tipo de beneficios.

La clave entonces está en analizar a fondo todo lo que incluye cada una de las pólizas existentes y elegir aquellas que se adapten más a la situación que vive en cada momento el conductor. Además, los seguros y las cláusulas pueden ser modificados una vez se han contratado, por lo que si más tarde se deciden ampliar o reducir las coberturas, se puede llevar a cabo este cambio.