Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Durante el mes de abril, Ávila ha sido el escenario de un extraordinario intercambio cultural de sensibilización social y humana.
En este tiempo, y después de un largo periplo por las ciudades españolas iniciado en 2015, el paseo del Rastro se ha llenado de personajes que conviven en el Lejano Oriente en comunidades que reclaman la atención de occidente para mejorar sus condiciones de vida. La expedición india está formada por 40 imágenes que hizo la fotógrafa Cristina García Rodero bajo el título 'Tierra de sueños', organizada por la Fundación La Caixa y la Fundación Vicente Ferrer.
Con ello se ha pretendido ofrecer un testimonio excepcional de la labor que desarrolla esta ONG desde hace 50 años en Anantapur, estado de Andhra Pradesh, donde refleja la vida cotidiana de sushabitantes en unade las zonas más pobres de la India, donde vivenlas comunidades más marginales y vulnerables. “Ojalá mis imágenes os puedan transmitir lo que he visto”, nos dijo García Rodero, y este es uno de los objetivos de la exposición, concienciarnos de humanidad y solidaridad.
La conquista visual de las murallas de Ávila se produce entonces a través de un conjunto de individualidades (niños, niñas, mujeres, madres, abuelas, campesinas, costureras, discapacitados, novias de distintas religiones, profesoras, enfermeras, estudiantes, ancianos, peregrinos, devotos,…) que arriban a la ciudad amurallada desde hogares, calles, hospitales, colegios y talleres, y que son la gran familia de Anantapur.
Todos aparentan un atractivo colorista de verdes, azules, morados y amarillos que encierra una dura realidad de lucha diaria por la supervivencia. No se trata de impactar con exotismos extraños, como aquellos que supusieron la presentación de indios americanos en el reino de Castilla traídos por Colón como testimonio vivo de la conquista del nuevo mundo. Igual que tampoco es el caso de aquel viaje épico del elefante que noveló José Saramago recreando el recorrido del paquidermo asiático en el siglo XVI por Europa siguiendo los caprichos reales y absurdas componendas.
Dura realidad
La exposición no es más que la dura realidad en la que se ven inmersa una gran parte de la población de un país que no debe parecernos ajeno y que exige avances en el progreso social y económico, mejoras educativas y formativas, luchar contra la violencia de género, la atención de la infancia yla promoción de la igualdad. Y a pesar de todo, los hombres y mujeres, niños y niñas que se muestran como estampas de otros tiempos resulta que presentan hilos de esperanza e incluso atisbos de felicidad en mundo que no es fácil de entender.
No es la primera vez que Ávila recibe a Cristina García Rodero. Lo mismo que tampoco es la primera ocasión que aquí se reconoce la actividad de Vicente Ferrer. Ni es la primera oportunidad de establecer lazos con la India. La gran García Rodero (Puertollano, Ciudad Real, 1949), fotógrafa humanista de la “España oculta” y de otros tantas muestras etnográficas y antropológicas (“Rituales en Haití”, “Lo festivo y lo sagrado”, “España: fiestas y ritos”, “Trastempo”, “Lalibela”, etc), ya expuso en julio de 2006 en el Palacio de los Serrano de la antigua Caja de Ahorros de Ávila en la colectiva “Seis. 68”, y también retrató la fiesta de San Sebastián en Poyales del Hoyo en enero de 2016.
En los momentos actuales, el blanco y negro de las comunidades rurales españolas y sus ritos ancestrales han dado paso a las gentes de la Indiaexplorando en el color de las imágenes. La impactante realidad reflejada en las fotografías puede tocarse y cruzar la miradas con los retratados, lo quepresta y añade un testimonio vivo y más cercano que no aparenta ser cosa del pasado.
Igualmente, ahora, de la mano de la Caixa, García Rodero ha venido a ocupar el mismo escenarioinstalado a los pies de la muralla siguiendo la estela de Sebastião Salgado, quien ya tomó el paseo del Rastro en 2017/2018 con espectaculares imágenes que pusieron a Ávila en el Génesis, cuando la naturaleza salvaje del planeta aquí tomó asiento.Con todo, la fotografía humanista y documento social de los retratos de la India que hace Cristina García Rodero se convierten en fotografía de calle al integrarse entre los sorprendidos viandantes, y también en fotografía viajera y universal que no deja de recorrer ciudades exigiendo y compartiendo compromisos.
Vicente Ferrer
Por otrolado, la figura de Vicente Ferrer, artífice de una peculiar forma de “conquista” humanitaria de la India, de la que las imágenes expuestas son testigo, encontró en Ávila su justo reconocimiento en la construcción de un centro socio-cultural dedicado a la asistencia social y atención al vecindario que lleva su nombre, rememorando así su trabajo. Se trata de la obra pública elegida por el Ayuntamiento de Ávila para invertir los fondos que le fueron asignados en 2008 dentro del Plan E (Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo o Plan Zapatero).
Finalmente, hace años que Ávila acoge a mujeres, casi niñas, del lejano país de la India, quienes aquí hacen vida contemplativa. Ellas son religiosas procedentes de Trivandrum-Sastavatem, en la ciudad de Kerala, donde las hermanas del convento concepcionista-franciscano de Santa Magdalena de Ávila, situado en el céntrico Mercado Grande de la capital abulense, fundaronel primer monasterio de la India de su orden inaugurado en 2009.
Con ello, se mantiene vivo el espíritu fundacional de la congregación creada en Ávila en 1539 en el lugar donado por Don Fernando Maldonado, canónigo licenciado de la S.I. Catedral.Las mujeres indias de esta comunidad de clausura son un pequeño ejemplo de la multirreligiosidad y multiculturalidad de la compleja sociedad india que contrasta con los paisanosrescatados por Vicente Ferrer y retratados por García Rodero, los cualesse manifiestan en efigie poblando el paseo del Rastro, un espacio que da frente, precisamente, al convento de la Magdalena donde las monjas indias rezan en silencio y comparten sus oraciones con los feligreses abulenses.
Qué providencialsimbiosis ecuménica en este entornomonumental donde conviven rituales hinduistas, musulmanes y cristianos, así como manifestaciones tradicionales y otras reivindicativas que imploran salir de la pobreza, la igualdad y la erradicación de la violencia contra las mujeres.
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