El Premio Cervantes de 2002 recibirá el reconocimiento del consistorio de la capital de La Moraña en un acto al que acudirá su hijo, Ángel, en el mirador del Adaja, donde se ha situado un monolito de granito en el que, en una placa, junto al perfil de Jiménez Lozano, se ha grabado un pequeño texto titulado 'La mudejarilla'.

Es un escrito que hace referencia a un lugar "muy querido por él y por los vecinos y vecinas arevalenses", perteneciente a su obra 'Mis rutas y homelands'.

Este reconocimiento tiene su origen años atrás, aunque "lamentablemente se ha concretado" tras el fallecimiento de José Jiménez Lozano el 9 de marzo de 2020, según ha recordado el Ayuntamiento, que ha señalado que aunque nació en Langa, Jiménez Lozano "siempre ha mantenido un vínculo muy estrecho y afectuoso" con Arévalo, tanto en sus escritos, como en su asistencia a actos de diferente naturaleza organizados en la capital de La Moraña.

Esa misma cercanía la demostró también "en el contacto con colectivos de la ciudad", en los que siempre mostró que era "un hombre cultísimo, enciclopédico y educado en grado superlativo, elegante en las formas, ágil en la conversación y con un cierto aire de picardía... pues no perdía la oportunidad, si la ocasión lo merece, de lanzar un dardo o tal vez dar un mandoble, con rotundidad pero con elegancia, a la estupidez que algunos manifiestan". 

Con este acto del lunes, Arévalo realiza "un pequeño gesto de gratitud a la importante figura de José Jiménez Lozano del que queda su amplia y diversa obra para seguir creciendo como personas".