En el Museo de Historia (Arevalorum), en la plaza de la villa, la muestra recoge una serie de documentos inéditos que recogen en parte los acontecimientos de esas fechas y de los posteriores, una vez finalizada la sublevación de 1517  así como los personajes que los protagonizaron y los espacios urbanos donde tuvieron lugar. Por ejemplo, una maqueta con playmobil deja ver el Arévalo de la época.

También se presenta una panorámica de la sublevación comunera y del papel de Arévalo a través de un vídeo y del tratamiento que estos hechos han tenido en décadas pasadas por medio de publicaciones, películas y series de televisión.

Velázquez de Cuéllar, del que se recuerda la frase “estoy determinado de morir mil muertes antes que dar este lugar", fue una destacada personalidad de la corte, mencionado en el testamento de la reina Isabel como un "leal servidor" y considerado como precedente de la revuelta de las comunidades. En 1521 Arévalo fue villa leal a la corona y principal bastión desde donde los ejércitos imperiales propiciaron su victoria.

Isabel la Católica

Hijo del licenciado Gutierre Velázquez de Cuéllar, el joven inició su carrera como paje en la casa de Isabel la Católica, quien precisamente en su testamento lo menciona "como uno de los leales servidores a los que Fernando, Juana y Felipe" -su esposo, hija y yerno respectivamente- siempre "debían proteger", según se destaca en su biografía de la Real Academia de la Historia.

Fue teniente del castillo de Trujillo (Cáceres), así como de los palacios de Arévalo y Madrigal. Miembro del Consejo del príncipe Juan desde 1497, a la muerte de éste se convirtió en ayo y contador mayor del príncipe Miguel y al deceso de éste, en contador mayor de la princesa Juana y de su esposo, Felipe de Habsburgo.
Tras el fallecimiento de Isabel la Católica, recibió de Fernando el Católico la tenencia del castillo de Arévalo, cargo que le fue confirmado por Felipe el Hermoso.

Juan Velázquez de Cuéllar trató de poner a la reina Juana bajo su tutela y trasladarla a Arévalo, pero no le fue posible por la oposición del marqués de Villena y sus seguidores. Al regreso de Fernando el Católico a Castilla en 1507, recibió una encomienda de la Orden de Santiago así como la pregonería mayor de Castilla y la facultad de traspasar hereditariamente las tenencias de Arévalo y Trujillo a su hijo Gutierre Velázquez.

Sin embargo, Carlos I decidió, a su llegada a Castilla en 1517, situar Arévalo, Madrigal y Olmedo (Valladolid) bajo la jurisdicción de Germana de Foix, a lo que Velázquez de Cuéllar respondió atrincherándose en la fortaleza de Arévalo, que fortificó y abasteció de numerosas piezas de artillería.

No obstante, ante la falta de apoyos, se rindió en junio de 1517, después de lo cual fue despojado de todos los beneficios y cargos que había ido acumulado, entregados en su mayoría a los colaboradores de Carlos I. Se retiró a Madrid, donde falleció el 12 de agosto de 1517.

El proyecto 'El Valor de la Lealtad', enmarcado en los actos del quinto centenario y apoyado por la Fundación de Castilla y León, incluirá la inauguración en verano de un "monumento al valor de la lealtad" representado en la persona de Juan Velázquez de Cuéllar.