Satisfechos porque la respuesta siempre es positiva, los voluntarios de Pronisa trabajaron desde primera hora de la mañana para que cuando los primeros andarines llegaron a la plaza de Mercado Chico, pasadas las ocho de la mañana, estuviera todo preparado, como que el que inscripción fuera rápida y ágil pese a que eran numerosos los participantes que no la habían completado.

A las nueve en punto, un chaval de Pronisa cortó la cinta, rodeado de subdelegado del Gobierno, presidente de la Diputación y alcalde de la ciudad, a la vez que un cohete anunció la salida.

Calle Vallespín y carretera de Martiherrero, hacia La Colilla y El Fresno, para llegar al Centro Espíritu Santo. 20 kilómetros. Muchos en bicicleta y otros con su perro. Los primeros en llegar, corriendo, a las 10,20 horas.

Cada uno a su ritmo, los últimos alcanzaron la meta pasadas las 13 horas. Entre medias, muchas colaboraciones, como la de las vecinas de El Fresno, como es habitual, con un punto de avituallamiento. La fiesta cerró la marcha en el Centro Espíritu Santo.

En la anterior edición, Pronisa repartió cerca de 3.000 euros entre tres asociaciones, una tercera parte de la recaudación obtenida.