Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025

La Audiencia Provincial de Ávila ha condenado a D.G.G. a seis años de cárcel, como autor de un delito de abuso sexual, cometido en julio de 2019 contra una joven, cuando un grupo de amigos se encontraba en una casa rural y la joven estaba "privada de sentido".
El joven, de 24 años, también ha sido concenado a la pena de libertad vigilada durante el plazo de siete años, a ejecutar con posterioridad a la ejecución de la pena de prisión.
Además, deberá pagar las costas procesales causadas, así como 12.000 euros en concepto de responsabilidad civil por los "daños y perjuicios -incluidos los daños morales-" ocasionados a la víctima, que presenta "lesión psicológica consistente en trastorno de estrés postraumático, con sintomatología ansioso depresiva", como consecuencia de los hechos
La pena final casi coincide con la petición del fiscal, que solicitaba siete años de cárcel, 12.000 euros de indemnización y siete años de libertad vigilada para el acusado, mientras que la acusación particular pedía ocho años de prisión, siete de libertad vigilada y 25.000 euros por "daños morales, a su dignidad como persona y como mujer, y a su honor", así como por las legiones psicológicas producidas. Por su parte, la defensa del ya condenado solicitaba la libre absolución de su defendido.
Contra el fallo cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León en el plazo de los diez días siguientes al de la última notificación de la sentencia.
En ropa interior tras tirarla a la piscina
Los hechos que se produjeron el 12 de julio de 2019 en una casa rural alquilada por un grupo de amigos pàra pasar el fin de semana del 12 al 14 de julio. Tras beber, comer y escuchar música por la tarde y por la noche, a primera hora de la madrugada, D.G.G. tiró a la piscina a la joveb, que se tuvo que quedar en ropa interior, antes de secarse y taparse con una toalla.
Posteriormente, el grupo entró en la casa, donde sus miembros continuaron bebiendo aocohol hasta que la joven "comenzó a sentirse mal". Por eso, fue trasladada a su habitación, en la planta superior, por dos amigos que la ayudaron porque "no podía caminar ella sola". Allí le pusieron una camiseta y el piama, antes de taparla con una sábada y abandonar dicha habitación.
A la misma llegó después el condenado, que la acompañó al baño a vomitar y se volvió a la habitación con ella, con la que se metió en la cama donde, "aprovechando" que la joven "se encontraba privada de sentido a causa del alcohol ingerido" abusó de ella "con el evidente propósito de satisfacer sus deseos libidinosos y mientras la joven permanecía totalmente ajena a los hechos, al hallarse privada de sentido". Esta circunstancia era conocida, según la sentencia, por el condenado, que después se dirigió junto al resto del grupo a la planta de abajo.
Según la sentencia, el joven reconoció durante las fases de investigación y en el juicio, los actos de contenido sexual, sin que haya "duda racional alguna de la ejecución de claros y evidentes actos de contenido sexual por parte del acusado sobre el cuerpo de la víctima".
Falta de consentimiento
En la misma línea, cree acreditada "la falta de consentimiento de la víctima para mantener o realizar cualquier tipo de actos de contenido sexual con el acusado, ya que no podía prestar un consentimiento válido al estar privada de sentido por la ingestión previa de bebidas alcohólicas".
La Audiencia Provincial da "máxima credibilidad" a la declaración de la víctima, ante el relato pormenorizado, sereno y sin apenas contradicciones, al contrario que dice ver en el condenado quien pidió "disculpas a todos los componentes del grupo", antes de decirles que se marchaba "de la casa y del grupo".
Según el fallo, durante la conversación que tuvo con varios de ellos, admitió "de modo expreso, ante la muy grave pregunta de si había violado a la joven y de si estaba arrepentido, que 'si, pero no' ya que 'no había opuesto resistencia".
Asimismo, al transmitirle la joven que había tenido que ir a una farmacia de Arévalo para pedir la píldora del día después, el condenado le dijo que "no se preocupara, porque solo había sido tres o cuatro minutos".
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.103