“Cuestiones personales me impiden en este momento disponer del tiempo necesario que requiere la presidencia de la FAVA y considero que lo más honesto por mi parte es dar un paso a un lado”, expuso en la última reunión ordinaria de la junta directiva, celebrada el lunes.

Según los estatutos de la FAVA, la vicepresidenta, María Montserrat Pich, recibe las atribuciones del presidente hasta que la convocatoria de una asamblea general extraordinaria sea posible y en ella se nombre un nuevo presidente.

“Ha sido un placer trabajar con vosotros, hay muy buena actitud, experiencia y capacidad en la Junta Directiva”, les dijo, destacando haber llegado a todos los acuerdos “de manera unánime, trabajando en equipo, huyendo de personalismos o presidencialismos y siempre por el interés general de las asociaciones de vecinos”.

“Durante este período”, ha dicho Cerrajero, “he trabajado para demostrar con hechos lo que proponíamos con palabras cuando tomamos la decisión de formar parte de esta directiva”, como es “modernizar la FAVA, profesionalizar la unidad administrativa, proporcionar apoyo y los máximos recursos posibles para nuestras asociaciones, total transparencia y continua información a todas las asociaciones federadas”, a la vez que ha animado a “conseguir todos los objetivos pendientes”.