Ante estos hechos, a este individuo se le considera presunto autor de varios delitos de falsedad documental, contra los recursos naturales y el medio ambiente, además de un delito de maltrato animal y desobediencia grave a agente de la autoridad.

Aunque la investigación a este ganadero se dedició este miércoles, los hechos se remontan cinco meses atrás. En concreto, al pasado 18 de septiembre, cuando agentes del Seprona de la Guardia Civil de Casavieja observaron durante un servicio en el paraje El Tornader", de Casavieja, "varios cadáveres de ganado bovino en avanzado estado de descomposición, repartidos por la explotación", de los cuales, la mitad "no poseía la correspondiente identificación auricular y ni si quiera el agujero de haberlo portado".

Por ello,la Guardia Civil puso en marcha las gestiones correspondientes para localizar al titular de la explotación, tras lo cual, el 22 de septiembre, se realizó una inspección ocular de la explotación en presencia de su titular y de dos veterinarios de la Junta de Castilla y León.

En el curso de la inspección, fueron halladas un total 57 cabezas de reses vivas: 13 no poseían la identificación auricular; 29 no estaban dados de alta en la explotación y "solo" 15 se encontraban en regla.

Igualmente, fueron contabilizados 22 cadáveres en avanzado estado de descomposición, esparcidos por la explotación.

Finalmente, cuando la unidad de veterinarios de la Junta acudió al lugar para proceder a retirar los cadáveres, sus integrantes se encontraron con que el ganado que no había podido ser identificado previamente, "ya poseía el crotal identificativo, pero destacando que había sido manipulado, ya que no se correspondía con los animales".

Por ello, el miércoles, una vez esclarecidos los hechos, la Guardia Civil procedió a investigar a este ganadero como presunto autor de varios delitos.