La inversión ha sido de cerca de tres millones de euros, según uno de los propietarios, Carmelo Martín, para levantar nuevas instalaciones como sala de ordeño, dos naves y fosos de estiércol, además de la implantación de programas de gestión que ofrecen “todo tipo de datos de la producción, incluso en tiempo real”. “Queremos seguir ampliando instalaciones”, se proponen.
Carlos García ha señalado que cuando se mezcla “relevo intergeneracional con la innovación en el sector primario” los resultados son “muy buenos”, como a su juicio ha sucedido con esta explotación dirigida por los hermanos Carmelo y Álvaro Martín, quien ha agradecido el respaldo de las instituciones.
Según el delegado territorial, José Francisco Hernández, la Junta inició en 2015 un expediente de mejora que ha supuesto ayudas por valor de 150.000 euros, lo que en su opinión refleja “la apuesta por el sector primario y por el asentamiento de la población en el medio rural” por parte de la Administración autonómica.
Asimismo, ha subrayado la ayuda que desde la Junta se ofrece a la incorporación de los más jóvenes, como en este caso ha pasado con estos dos hermanos que con 18 y 17 años iniciaron el camino con su padre hace 11 y seis años. Ellos tres, junto con otro trabajador iniciaron un recorrido que les ha hecho avanzar y crecer hasta ontar con ocho empleados y cerca de 800 cabezas de ganado.
Además, cuentan con 300 hectáreas destinadas al cultivo del forraje necesario para la alimentación del ganado.
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