Lo ha anunciado la directora general de Salud Pública, Carmen Pacheco, que ha explicado la estrategia en la que trabaja, tanto en el ámbito europeo, nacional y regional, para contar con disponibilidad en todos los países de vacunas "de calidad y seguras".

La vacunación se desarrollará en tres fases, habiéndose definido a quienes alcanza en la primera, como son los residentes y personal sanitario y sociosanitario en residencias de personas mayores y discapacidad, personal de primera línea; y personas con discapacidad que requieran intensas medidas de apoyo para desarrollar su vida, como son los grandes dependientes no institucinalizados.

El objetivo es que el acceso a las vacunas sea en “igualdad de condiciones”. Las primeras que llegarán a Castilla y León serán las fabricadas por la compañía Pfizer, si bien luego serán distribuidas por otras empresas farmacéuticas, si bien la logística será diferente y eso provoca dificultades en la logística, puesto la conservación es distinta en cada caso. Hay más de 250 proyecto de vacunas, "algo no conocido en el mundo cientófico", de los que 11 son los más adelantados, siendo cinco los acuerdos con otros tantos laboratorios los que ya se han alcanzado.

El objetivo de la vacunación, que será “gratuita y voluntaria”, es el de “reducir la morbilidad y la mortalidad mediante la protección a los más vulnerables”, según la directora general, quien ha destacado la "calidad y seguridad" de los medicamentos".

Las dosis destinadas a la primera fase de la vacunación, entre enero y marzo, son 300.000, teniendo en cuenta que cada persona debe recibir dos: la previsión es vacunar a 47.700 usuarios de residencias y a 98.000 trabajadores de sanidad y del sector sociosanitario “de primera línea”.

La suma de estas dosis es de 145.700, que suponen 291.400 para recibir dos vacunas cada persona, de tal modo que las 8.600 restantes se dedicarán a personas de más de 80 años.