Tras la decisión de suspender la concentración, anta la posibilidad de reunir a 3.000 personas, la protesta se ha reducido a medio centenar de personas en representación de los centros cocertados de la provincia, los profesores y los padres de alumnos.

Como portavoz, el profesor Alberto Mellado, ha explicado que se canceló la protesta inicial al "superarse ampliamente las previsiones de asistencia, de las 500 solicitadas a más de 4.000".

Ante el lazo naranja bajoe el que podía leerse "Stop Ley Celaá", Mellado ha dicho que, tras decidir la reducción de la convocatoria por medidas de seguridad, el Gobierno puede pensar que "no hay nadie" y que "la sociedad acepta con normalidad esta nueva ley".

“Quizá los responsables -ha dicho- de que el pasado 19 de noviembre se aprobara en el Congreso el proyecto de Ley de Educación, en medio de una pandemia que nos tiene a todos preocupados en buscar soluciones para salir adelante, piensen que esta mañana aquí no hay nadie y que la sociedad acepta con normalidad esta nueva ley de educación".

"Pero este silencio ensordecedor -ha añadido- que retumba en las piedras de la muralla, que se convierte en aliada de las familias, se escuchará con fuerza” a modo de “un grito de protesta de todas las familias que claman por su libertad a la hora de elegir el centro educativo en el que quieren compartir la formación y educación de sus hijos”.

Libertad de elegir

“¿Si los hijos no son de los padres y estos no pueden elegir el centro educativo, ¿quién elige la educación para nuestros hijos?”, se han preguntado Cristina Delgado, del AMPA Amor de Dios, y Gustavo Rodríguez Obregón, representante en Ávila de Escuelas Católicas. 

Han lamentado las palabras de la ministra Celaá sobre que el derecho a elegir centro educativo por parte de los padres no emanaba del artículo 27 de la Constitución: “por primera vez en la historia de la democracia, Celaá ha excluido a la comunidad educativa de la tramitación de la nueva ley educativa. Y tiene sentido, porque en ella no hay lugar para las familias”.

Y han criticado: "“será el Estado, y no nosotros, quien decida la educación que han recibir vuestros hijos”. A la vez han advertido del ataque a la educación concertada, que provocará “el cierre de miles de colegios en los próximos años” y el “desprecio” a la asignatura de Religión, cuando es “una opción mayoritaria de las familias abulenses, que la eligen libre y voluntariamente cada año y cuya voluntad debe ser respetada”.

Según han dicho, la reforma educativa implica “la imposición de un modelo de educación único, estatal y laicista que pondrá fin a la pluralidad educativa actual”, cuando los centros concertados de Ávila “somos prueba y garantía de esa pluralidad, que ahora está en peligro”..

No hay confrontación

También han afirmado que “no existe confrontación” con la escuela pública “porque el problema de los colegios públicos de Ávila no es la existencia de la concertada”. “Cuanto mejor sea la escuela pública, mejor para todos. Deseamos una educación pública plural y de calidad, pero eso no se logra legislando contra la enseñanza concertada y su diversidad de proyectos”.

“Deseamos igualdad de oportunidades para todas las familias que desean una enseñanza plural y asequible a todos, y por eso no aceptamos que la Lomloe permita a las autoridades educativas imponer la distribución del alumnado”, ya que se trata de “una agresión a la libertad de conciencia en favor de la imposición de una ideología laicista impropia de un Estado no confesional”.

La protesta ha terminado con manos levantadas y coreando "no, no, no... no lo lograrás", dirigido a la ministra de Educación, Isabel Celaá.