Del Domingo, 14 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 17 de Septiembre de 2025
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha ordenado diáconos a dos dominicos del Real Monasterio de Santo Tomás. Se trata del venezolano de 42 años Marcos Julio García Sánchez, y del sevillano de 30 Rafael Jesús Jiménez Morillo.
La ceremonia tuvo lugar el domingo por parte de Gil Tamayo, acompañado por fray César Valero, vicario de los frailes dominicos de la Provincia Nuestra Señora del Rosario en España; fray Carlos Linera, prior de la comunidad en el Real Monasterio de Santo Tomás de Aquino; fray Emiliano Pérez, subprior de la comunidad; y fray Jerónimo Fuertes, párroco del monasterio, entre otros.
Según ha informado el Obispado de la Diócesis, la ceremonia se siguió online, “especialmente desde otras comunidades de dominicos y dominicas” y, sobre todo, desde Venezuela, ya que la familia más directa de Marcos Julio García Sánchez no pudo estar presente.
En la homilía, el obispo comenzó poniendo a ambos “bajo la protección” todos los santos y santas de la Familia Dominicana, en especial de San Alberto Magno, "el gran maestro, el gran doctor, el gran servidor del evangelio, el gran hombre de saberes, de Ciencia, de Teología, de Filosofía…". Posteriormente, Gil Tamayo explicó que en la oración colecta se pidió por los ordenandos: "hemos pedido diligencia en acción, hemos pedido humildad en el servicio para vosotros".
Venezuela
En su intervención, destacó “el ejemplo de las familias de los dos frailes dominicos”, a la vez que tuvo un recuerdo especial para Venezuela: "en este día en que la Iglesia dirige su mirada a los pobres, especialmente en esta jornada (Jornada Mundial de los Pobres), por tanta pobreza en un país rico, por tanto sufrimiento acumulado".
El obispo señaló que se trataba de un día feliz: "Ser diácono, recibir el sacramento del orden en una orden histórica, cuajada de santos en todas sus modalidades; desde los mártires a los doctores, a las vírgenes, a los confesores de la fe, pastores del pueblo de Dios… Pues es unidos a una tradición de servicio en la Iglesia, a una tradición del aporte de un carisma querido por Dios, puesto con el marchamo del testimonio de todo este camino de santidad y de sabiduría es un motivo de alegría y de gozo".
Desde su punto de vista, los dos frailes han sido llamados a la vida consagrada con un itinerario especial, "cada uno en una geografía distinta, con una riqueza de carismas, de talentos, de dones que el Señor os ha dado y que hoy, tomando pie del Evangelio, no habéis enterrado, sino que los habéis hecho producir”.
“La Iglesia tiene necesidad de hombres que se dediquen al cultivo de las ciencias sagradas y de la transmisión eficaz del misterio de Dios, que está en lo más profundo y engrandece el misterio del hombre y su dignidad", añadió.
Finalizó la ceremonia el prior del convento, Carlos Linera, quien agradeció al obispo su “trato y cariño”. También dio las gracias a la comunidad parroquial y en especial a los padres de los recién ordenados diáconos: "Gracias por vuestra generosidad, gracias por compartir el regalo de los hijos que Dios os dio con toda la iglesia de Dios".
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