Sin la presencia por primera vez de la imagen tallada por Gregorio Fernández, aunque sí la de la talla de la Virgen de la Caridad, ante la que Santa Teresa se encomendó al morir su madre, la misa mayor se ha visto marcada por una pandemia que ha dejado el templo a menos de la mitad de su capacidad. Más de una veintena de sacerdotes han concelebrado una misa en la que se han cumplido las medidas de seguridad necesarias.

Además del nuncio y del obispo de la diócesis, José María Gil Tamayo, también ha participado en la misa el obispo emérito de Ávila y administrador apostólico de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Jesús García Burillo, y el prior del convento de La Santa, David Jiménez.

Asimismo, han acudido el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, junto a parte de la corporación municipal, el presidente de la Diputación, Carlos García, el delegado territorial de la Junta, José Francisco Hernández, y el director general de Administración Local de la Junta, Héctor Palencia, entre otros.

La ceremonia religiosa ha comenzado con la intervención de Gil Tamayo, agradeciendo al nuncio su presencia en esta jornada tan especial para los abulenses. Asimismo, ha subrayado el “interés especial” del papa por la diócesis abulense, tal y como demostró el miércoles, haciendo referencia a la festividad de Santa Teresa durante la audiencia general en el Vaticano.

En este contexto, Gil Tamayo ha trasladado a Bernardito Auza la invitación al papa para que visite Ávila "si alguna intención tiene de visitar España", siempre que “las circunstancias lo permitan”. "Me hago eco también de las autoridades y de todo el pueblo de Ávila, no solo de la Iglesia que aquí peregrina", ha apuntado.

Aprecio del papa

Ya en la homilía, el nuncio ha agradecido la invitación para presidir esta eucaristía, desde que hace casi un año llegó a España para desempeñar el cargo actual. Bernardito Auza ha subrayado el "aprecio" y “gran amor” del Papa a Santa Teresa, quien "encendió en Ávila una creciente luz renovadora, para el bien de toda la Iglesia del mundo".

Ante las "circunstancias muy difíciles" derivadas de la Covid-19, el nuncio se ha referido a la "cercanía" de Francisco con los que "sufren este mal", entre los que ha citado al propio Gil Tamayo, a quien el coronavirus le hizo permanecer un mes ingresado en el hospital.

Además, Auza ha recordado los 50 años de la proclamación de Santa Teresa como primera mujer doctora de la Iglesia por el papa Pablo VI, destacando de ella su unión con Dios a través de la oración.

Una vez concluida la ceremonia religiosa, en la que el coro ha tenido un protagonismo especial, los fieles han abandonado la Catedral guardando las medidas de seguridad y sin que posteriormente se produjera la tradicional procesión que habitualmente recorre el centro de la ciudad,en presencia de miles de personas.