Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha impuesto la medalla Pro Ecclesia et Pontifice que concede el papa Francisco al sacerdote Fernando Carrasco y al seglar Olegario Corral, por "sus más de 40 años al servicio de Cáritas diocesana de Ávila", como delegado diocesano y director, respectivamente.
La cruz Pro Ecclesia et Pontifice es una condecoración papal conferida a "quienes hayan demostrado un largo y excepcional servicio a la Iglesia católica y al papa", según ha informado el Obispado de Ávila, que recurda que este reconocimiento fue instituido por León XIII en 1888, durante la celebración de sus cincuenta años de ordenación sacerdotal.
Su entrega constituye "un reconocimiento a la fidelidad a la Iglesia y el servicio distinguido a la comunidad eclesial por parte de sacerdotes y laicos". En el caso de estos últimos, es la más alta distinción que el papa confiere a seglares, como "premio a su fidelidad a la Iglesia y su servicio distinguido a la comunidad".
En su intervención, Gil Tamayo ha considerado "obligado" este reconocimiento a dos personas que han estado toda su vida al servicio de la Iglesia: “Mi reconocimiento y gratitud en mi nombre y en el del Papa. Yo solo he recogido el sentir de tanta gente que agradece vuestra entrega”.
“Siempre os habéis guiado por el principio evangélico de ‘lo que hace tu mano derecha que no lo sepa tu izquierda’. La caridad siempre ha movido vuestra vida y es vuestro denominador común. De ambos. Por eso me gusta que el acto, que el reconocimiento, sea conjunto. Así mostramos que laicos y clérigos, todos nosotros estamos llamados a vivir la caridad. Es lo que Dios nos va a pedir. Nos van a examinar del amor, decía San Juan de la Cruz”, ha explicado el prelado.
En este contexto, Gil Tamayo ha precisado que el de Fernando Carrasco es "un reconocimiento a su entrega a la Iglesia, también cono ecónomo durante muchos años", mientras que en el caso de Olegario Corral, se trata de una "medalla familiar", porque "mucho ha tenido que ver su familia en esto”.
"Esta medalla no sustituye en ningún caso el premio de la vida eterna; pero sirve para daros las gracias en nombre de esta Iglesia de Ávila. Gracias por el servicio a la Iglesia y al Pontífice, que es quien os concede esta condecoración”, ha culminado Gil Tamayo.
Agradecimiento a los obispos
Fernando Carrasco ha dado las gracias por este reconocimiento, “por lo que significa y representa", en referencia al "esfuerzo y trabajo que durante más de 40 años" han podido realizar "en el servicio y atención a los más pobres y necesitados, procurando ver en el otro al hermano”.
En su intervención, Carrasco ha agradecido a todos los obispos que les han encomendado esta tarea durante todo este tiempo, a la vez que se ha acordado de técnicos y voluntarios que les han acompañado a "llevar adelante toda la labor de Cáritas", junto a "todos los que siguen dando continuidad a la institución”.
El sacerdote, que no ha podido evitar emocionarse al hablar de Olegario Corral y su familia, ha repasado algunos de los momentos más destacados de su historia común en Cáritas, a la par que ha dado de nuevo la bienvenida al nuevo equipo directivo en un momento que ha calificado como “determinante”. "Que Cáritas diocesana de Ávila siga dando ejemplo de Iglesia al servicio de los pobres”, ha señalado.
Corral ha confesado que este reconocimiento ha supuesto una “sorpresa”. En su discurso, ha tenido gratas palabras hacia Carrasco, al que definía como “el verdadero motor de Cáritas diocesana de Ávila, porque supo ilusionar a todo el equipo”. Asimismo, ha agradecido el gesto al obispo, del que ha asegurado que es "una muestra más de su cercanía".
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