“Solo pedimos un horario mínimo que nos permita trabajar, hasta las dos de la mañana o las tres, que por lo menos nos saque de esto”, ha dicho Marcos García, propietario de uno de los establecimientos. “Un bar de copas abre a las diez de la noche, porque los clientes están acostumbrados en ir a las 11, sino es inviable y nos estamos hundiendo”, ha lamentado, ya que a las 12 ya no deben admitir a nadie para cerrar a la una de la madrugada.

En su caso ha contado que su establecimiento lleva cerrado desde marzo, he dejado de ingresar 280.000 euros y los trabajadores de la empresa se encuentran en ERTE.

En total son 14 los establecimientos en la ciudad los que tienen autorización para abrir de madrugada, que dan empleo a 130 personas.

Según han explicado, se les ha “estigmatizado” y se les achaca de irresponsables cuando no es así, según García, y su apertura durante más horas evitaría concentraciones de personas en pisos particulares.

Medidas

Como forma de prevención ante la pandemia y para evitar contagios “por encima de las exigidas”, proponen numerosas medidas, según otra de las afectadas, Sara Hernández.

Proponen el registro del acceso de clientes para facilitar rastreo en caso de contagios, el control de la temperatura de los cliente en el acceso del local, la colocación de un felpudo desinfectante, control de aforos y distancias dentro del establecimiento, “intensificación del control del uso de mascarillas y distanciamiento social, geles hidroalcohólicos en múltiples puntos, “limitación del volumen en aparatos musicales para facilitar las conversaciones en tonos más bajos e  instalación de filtros de carbono para el aire el aire acondicionado”.

Los empresarios de ocio nocturno han mantenido una reunión con la comisión gestora de Podemos en Ávila, cuyo nuevo portavoz, Víctor Manuel García, se ha comprometido trasladar estas reivindicaciones a la Junta y al Gobierno, a la vez que pedir al Ayuntamiento que los deje exentos de impuestos.