Caro ha realizado esta valoración tras mantener una reunión con Gustavo del Caso, secretario general de UGT Bankia en Castilla y León; José Luis Herráez, secretario de Acción Sindical de UGT Bankia en Castilla y León, y Javier Sánchez, responsable de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Ávila.

Según Caro, ante la presencia que ambas entidades financieras tienen actualmente en la provincia, los participantes en el encuentro han coincidido en "la necesidad de que se sigan prestando servicios financieros en los municipios a través de la red rural de sucursales" con la que cuentan las protagonistas de la fusión.

Igualmente, se ha referido a estos servicios en el medio rural, a través del ofibus, "facilitando el acceso de toda la población a un servicio que consideran básico y, por tanto, contribuyendo a atajar el problema que supone la despoblación".

Sobre los efectos que la fusión puede tener en el empleo, los participantes en la reunión sostienen que el trabajador debe tener "la última palabra sobre su situación laboral" y, en consecuencia, "no pueden producirse salidas forzosas", sino voluntarias "vía prejubilaciones pactadas con la empresa, sin coste para el erario público".

Los participantes en el encuentro sostienen que la plantilla de trabajadores con la que ahora cuentan en la provincia CaixaBank y Bankia "tiene cabida, sin problema, en una posible reestructuración de oficinas para seguir prestando en Ávila, como hasta ahora, un servicio de calidad a los clientes".

En relación con la obra social, actualmente en manos de la Fundación Ávila, los asistentes en el encuentro creen que la fusión es "una oportunidad, que no puede ser desaprovechada, para potenciar su actividad y su compromiso social con esta provincia y sus ciudadanos".