Así se ha puesto de manifiesto en la 13ª Revisión Anual del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (Geicam), que se celebra de forma telemática. “Esto no ha acabado, por eso estamos recogiendo los datos de los pacientes que desarrollan la enfermedad”, y “procuramos que cuando un paciente con cáncer ingresa con Covid hacerle un seguimiento exhaustivo para asegurarnos que recibe el mejor tratamiento posible”, ha dicho José Enrique Alés, miembro del comité organizador de la reunión y jefe del Servicio de Oncología del Complejo Asistencial de Ávila.
“En caso de priorizar no es lo mismo una persona que ha tenido un cáncer de mama hace diez años y que ahora está en seguimiento, que quien tiene un cáncer con metástasis con una situación muy mala”, ha explicado.
Alés ha indicado que parte de su trabajo es informar a todos los colegas y de que “hay pacientes de que deben ir a la UCI como cualquier otro”. “Hace poco tuvimos un paciente de estos, que tuvimos la enorme satisfacción porque fue dado de alta en la UCI después de cuatro meses de ingreso”, ha subrayado.
Y es que “en una situación casi de guerra, en que los recursos hay que distribuirlos de la mejor manera posible, es fácil caer en la tentación de asimilar cáncer con no recuperable y de que una persona va a vivir menos”, ha significado.
Individualizar los tratamientos
El oncólogo ha puesto de relieve la importancia de “individualizar” los tratamientos, y ha destacado que en los momentos más críticos en el Complejo Asistencial se puso en marcha un sistema de distribución de medicación oral a sus domicilios para que no tuviesen que acudir al hospital y “quedase para otras funciones”.
La reunión aborda las novedades de impacto en todos los aspectos relacionados con la biología, prevención, epidemiología, investigación y supervivencia del cáncer de mama. “El lema de la reunión, ‘El futuro empezó ayer’, resalta que los avances en el tratamiento de nuestros pacientes de hoy comenzó con la investigación en aspectos fundamentales de la biología del cáncer de mama”, ya que “sin ese pasado no hay presente ni esperanza de mejora en el futuro”, ha expresado el doctor Alés.
En la mesa redonda se ha puesto de manifiesto que los estudios realizados muestran que los pacientes oncológicos no tienen necesariamente un mayor riesgo de contraer Covid-19 ni de experimentar las complicaciones más graves.
El desconocimiento de los efectos del SARS-CoV-2 sobre los pacientes con cáncer de mama llevó a los oncólogos, durante los primeros meses de la pandemia, a actuar con gran cautela a la hora de fijar pautas terapéuticas. Con el paso del tiempo, los especialistas han ido ganando confianza en el uso de los tratamientos, ante la ausencia de evidencia científica que secunde que los afectados experimenten un mayor riesgo de desarrollar la Covid-19 o que los tratamientos inmunosupresores puedan traducirse en un peor pronóstico de la infección, según ha explicado el doctor Miguel Martín, presidente del Grupo Geicam de Investigación en Cáncer de Mama.
Sin repercusión
Respecto al impacto de la infección, Martín afirma que “los especialistas están perdiendo el miedo al empleo de las terapias antitumorales al ir publicándose estudios que demuestran que no tienen una gran repercusión sobre la gravedad de la infección y que no hacen empeorar la evolución de la enfermedad”.
A pesar de ello, la tónica general ha sido la modificación de los tratamientos, sustituyendo los fármacos más inmunosupresores por otro menos con menor capacidad inmunosupresora pero de igual eficacia.
En opinión del especialista, si se siguen una serie de recomendaciones, como las elaboradas por Geicam, que han sido publicadas en The Oncologist, se puede mantener la calidad de la asistencia que reciben estas pacientes en la actual situación de pandemia. “Muchos de los consejos elaborados por el grupo se dirigen a reducir al máximo las visitas al hospital, para evitar el riesgo de contagio de pacientes y profesionales”.
Según explica el presidente de Geicam, “muchas cirugías han podido mantenerse, entre otros motivos, porque la intervención quirúrgica en cáncer de mama suele ser más superficial que la de otros cánceres y no se precisa de ingreso en UCI”. Otras opciones para reducir visitas al hospital son las denominadas “vacaciones terapéuticas” cuando el tumor está más o menos controlado.
Para esta segunda oleada de la Covid-19, Martín augura que “se van a utilizar los tratamientos con más confianza, tratando de adoptar algunas medidas, cuando sea posible, como el uso de fármacos orales en vez de intravenosos, facilitar que las pacientes puedan acudir a por su medicación a la oficina de farmacia o impulsar el envío de terapias a domicilio, para reducir al máximo las visitas al hospital”.
DOMINGO MALZONI | Sábado, 03 de Octubre de 2020 a las 06:09:43 horas
(COMPROMETIDO CON ÁVILA) algún día no muy lejano sabremos alguna transparencia interna de nuestros hospitales, por el bien de todos y por nuestros derechos fundamentales, de que algún sanitario rompa las barreras del silencio y nos cuenten algo sobre algunas irregularidades que se cometieron durante esta "pandemia" por la realidad de hay mucha gente enferma y no acude a emergencias por el miedo a EQUIVOCACIONES y pagarlo muy caro, "es mi opinión"
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