Del Miércoles, 15 de Octubre de 2025 al Sábado, 18 de Octubre de 2025
La Catedral abulense ha acogido el primer acto que conmemora el 50 aniversario del doctorado de Santa Teresa de Jesús, donde se ha recordado las palabras del papa Pablo VI hace medio siglo.
En la eucaristía, el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha estado acompañado del cardenal Rouco Varela y del obispo emérito Jesús García Burillo, antes de que por la mañana el Ayuntamiento de Ávila haya dedicado una placa al aniversario en el convento de la Santa.
“Teresa de Jesús conoció esa armonía tan propia de la doctrina católica de la cooperación de las virtudes humanas y de la gracia de Dios”, ha dicho el obispo, que ha recordado las palabras del papa Pablo VI cuando proclamó a Santa Teresa de Jesús doctora de la Iglesia, primera mujer en recibir este título. En la homilía de la ceremonia del 27 de septiembre de 1970, Pablo VI se refirió a ella como “esta santa tan singular y tan grande”.
“Suscita -fueron las palabras de Pablo VI- en nuestro espíritu un cúmulo de pensamientos. La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como a una religiosa que, envuelta toda ella de humildad, penitencia y sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa incomparable e incansable alma activa”.
El obispo ha presidido la misa, celebrada tras la presentación del congreso 'Santa Teresa de Jesús, mujer excepcional”, en la que la presidenta del Consejo Directivo de la Universidad Católica de Ávila y directora de las Cruzadas de Santa María, Lydia Jiménez, ha recordado cómo vivió esta declaración del doctorado cuando aún era una joven universitaria y su afición era el teatro, y cómo incluso llegó a representar el papel de Santa Teresa y escribir una pequeña obra junto a otras compañeras. Esa obra le sirvió para dejarse “engolosinar por ella”. “
Tres condiciones
Por otra parte, el prior del convento de La Santa, David Jiménez, ha señalado que dicen que las tres condiciones que hay para que alguien sea declarado doctor de la Iglesia son la doctrina, la santidad de vida y que sea declarado por la Iglesia. Tras apuntar que son 36 los doctores que la Iglesia ha declarado, de entre ellos cuatro mujeres, de las que dos son carmelitas, ha señalado que la mayoría tienen grandes escritor, para afirmar que “en Teresa parece que su doctorado es distinto porque no estudió en ninguna universidad ni sabía latín”.
“Cuando la Iglesia mira a Teresa de Jesús, su doctrina nace de la experiencia y así lo dice el papa San Pablo VI el día de su doctorado. De la experiencia, doctora de la experiencia de una vida que nos quema, nos consume y nos invita a engolosinarnos con esa misma experiencia con la que ella alimentó su corazón. Le pedimos que nos haga arder el corazón”·, ha rogado.
“Para vivir desde la verdad hay que vivir con la amistad con quien es la verdad, con nuestro Señor”, ha expuesto Jorge Zazo, vicario de Acción Pastoral de la Diócesis de Ávila, quien ha subrayado la importancia del congreso que se celebrará el próximo mes de abril.
En la conferencia 'Teresa de Jesús: un verbo irregular (¿Por qué sigue cautivándonos?)', el doctor Juan Antonio Marcos, ha afirmado que Santa Teresa fue “una mujer excepcional, una de esas personas que aparecen de vez en cuando en la historia de la humanidad”.
Palabra y persona
“Fue -ha añadido- un verbo irregular, tanto por su palabra, como por su persona y experiencia mística. Huyendo de una regularidad mal entendida y peor vivida, Teresa terminó por convertirse en alguien que ya no sigue las formas fijadas ni los modelos establecidos. Una mujer cuya vida y experiencia mística y su lenguaje, transcurre por caminos desusados, nuevos, creativos, originales, transgresores”.
Por eso “su vigencia hoy, quizás sea más amplia de lo que nunca antes lo había sido”, por su “espiritualidad de la autenticidad y de la alegría, una espiritualidad femenina y culta, una espiritualidad del desengaño y de la libertad”. Ha hablado de “sinceridad en todo un striptease del alma como el que transmite en sus escritos”.
“Llaneza y profundidad al mismo tiempo que han convertido a esta mujer en un verbo irregular, tanto en la historia de la mística como de la literatura”, ha afirmado, llamando a la lectura de sus obras porque “los textos de Santa Teresa son su mayor reliquia”.
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