Como se esperaba, la empresa de distribución ha sido la adjudicataria -y la única que se había presentado- para crear el aparcamiento público de 54 plazas en una parcela de 1.680 metros cuadrados, ahora dedicada a espacio para perros, en la que invertirá 177.000 euros.

Situada en la confluencia de la calle Abdalá el Rico con la travesía de la Mina, Mercadona abrirá el aparcamiento con el mismo horario que su supermercado, de 9,15 a 21,15 de lunes a sábado, en una opción que deja libre la entrada y salida y que denomina ‘sin barreras’, aunque había propuesta otra, llamada ‘con barreras’, que podría aplicarse.

En este se ofrecería una hora gratis de aparcamiento para los clientes que realizasen cualquier compra de hasta 18 euros, y dos horas para importes superiores, cobrando a quienes no efectuasen ninguna 0,06 euros al minuto. Esta opción la propone para el caso de que hubiera demasiados vehículos o fueran usuarios no clientes del supermercado, si bien para ponerla en marcha debiera antes justificarla ante el Consistorio.

La Junta de Gobierno Local ha adoptado esta decisión con los votos en contra de la oposición.

Sin informe
IU ha manifestado que la decisión es “injustificada, y no está apoyada por los vecinos de la zona de San Nicolás, que ya han mostrado su desacuerdo, con una medida emprendida alegando supuestos problemas de estacionamiento, pero que se presenta sin el pertinente informe previo de la Policía Local”, según la portavoz, Montserrat Barcenilla.

“No se han tenido en cuenta los intereses de los ciudadanos, ni siquiera los propios intereses económicos del Ayuntamiento, ni un estudio de movilidad de la Policía Local ni un estudio económico previo”, lamenta, para advertir que queda abierta la opción para que Mercadona cobre a los ciudadanos por el uso del aparcamiento.

“No es lo mismo ceder una parcela por valor de 14.000 euros si no se va a cobrar por su uso, que 14.000 euros pero cobrar a los ciudadanos, convirtiéndose en sí en un negocio muy lucrativo”, añade.

Barcenilla acusa al PP de usar la “estrategia del rodillo” para “convertir una parcela verde en un espacio de uso privativo a favor de una cercana superficie comercial, a cuyos intereses se ha plegado el Partido Popular”.