Las  cafeteras industriales están más que extendidas por el sector de la restauración, y es lógico. Son las máquinas perfectas para preparar los cafés que se sirven sin parar en bares, en restaurantes y hasta en hoteles. En algunos negocios, directamente no se podría abrir si no estuviera una máquina de estas, ya que el café es una de las bebidas más consumidas en cafeterías y bares.
 
¿Te estás planteando comprar una para tu negocio? Si estás aquí, seguramente tu respuesta sea un sí. En ese caso, tenemos que decirte que es fundamental estar bien informado para hacer la compra más adecuada. Aunque sea un ámbito bastante especializado, el de la cafetera industrial es un terreno muy amplio y con muchas opciones distintas. Hay que conocer muy bien cuáles sus características y, por supuesto, tener muy claras sus diferencias frente a las cafeteras domésticas.
 
Lo que debes saber de las cafeteras industriales
Si vas a comprar una cafetera industrial para tu negocio, es fundamental que no vayas dando palos de ciego, porque esa es la mejor forma de acabar comprando algo que te acabe trayendo problemas o que nunca logre dejarte satisfecho. Portales web como el de  www.cafeterasbaratas.net suelen hacer muy buenas recomendaciones para una buena compra y, además, ofrecer precios de lo más competitivos para que la inversión sea perfecta. Por eso, aconsejamos tenerlos muy cerca a la hora de mover ficha en este terreno.
 
Antes de nada, tienes que saber que no hay un solo tipo. Por una parte están las cafeteras industriales automáticas, que se pueden programar perfectamente para que hagan los cafés sin necesidad de tener que interactuar con ellas. Su bomba de presión funciona automáticamente, aunque sí que es necesario compactar el café y molerlo para poder prepararlo. Por otro lado, tenemos las semiautomáticas, que se diferencia de la anterior en que, en este caso, sí que hay que activar la bomba de agua, aunque solo hay que pulsar un interruptor para ello.
 
Hay que tener muy en cuenta, a la hora de elegir una, que son máquinas que requieren limpiezas periódicas y a fondo para evitar fallos. Los filtros, los conductos de la bomba de presión, los depósitos para el café... Todo eso debe revisarse cada poco tiempo y pasar por una buena limpieza para evitar atoros y derivados. De hecho, es fundamental contar con descalcificadores de agua. Por otro lado, hay que controlar también la capacidad de producción que tienen. A mayor número de comensales en tu negocio, necesitarás algo de mayor tamaño para no solo albergar más café y agua, sino también poder hacer más tazas al mismo tiempo.
 
Todo eso influye, además, en el consumo eléctrico. Su conexión es fundamental para funcionar, y además debes saber que las hay que necesitan hasta 32 amperios para funcionar, aunque también las hay de 13 amperios. Eso dice mucho del tipo de conexión y cableado que necesitan para el encendido y el arranque, además de para que no haya problemas con la electricidad en el establecimiento.
 
Son máquinas con una producción muy elevada, que dan buenos resultados, pero al mismo tiempo requieren un cuidado bastante elevado. Piensa que, además, es necesario contar con productos de limpieza especiales para ellas, sobre todo líquidos que limpien pero no dañen ni una de las piezas del equipo. Eso es lo más destacable de estas cafeteras tan vistas en bares, restaurantes y cafeterías. Aunque hay que recordar algo más, su apariencia es esencial. Para muchos negocios, es casi como una carta de presentación de cara al cliente.
 
¿En qué se diferencian de las domésticas?
La primera diferencia está tanto en el tamaño como en el diseño. Una cafetera doméstica está pensada para servir una taza para unas 4 personas como máximo, mientras que las industriales están pensadas para sacar los cafés lo más rápido posible y en la mayor cantidad que se pueda, además de con toda la celeridad que puedan. En el hogar ni hay prisa ni hace falta servir café a muchas personas, porque no es un negocio.
 
Además de eso hay que tener en cuenta el consumo eléctrico. La cafetera italiana no consume electricidad, salvo que se use en una vitrocerámica y, en el caso de usar una eléctrica, jamás llega a los niveles que llegan las industriales. Entre otras cosas, porque no necesitan esas bombas de agua a presión ni están pensadas para trabajar al mismo ritmo ni las mismas horas.
 
El peso, el tamaño, el diseño, el consumo eléctrico y hasta el precio. Una cafetera industrial puede superar perfectamente los 1.000 euros, mientras que una doméstica se puede comprar por 10 euros o menos. Son diferencias obvias porque son contextos completamente distintos, lo que también deja claro algo. Si vas a montar un negocio vinculado a la restauración o la hostelería, de nada te sirve tener una cafetera doméstica, necesitarás una industrial.