En este sentido, la portavoz del partido que auspició la desaparición de Caja de Ávila, Sonsoles Sánchez-Reyes ha lamentado la “falta de previsión, de implicación y de visión de futuro” por parte del regidor, así como su “falta de liderazgo y de puertas a las que llamar fuera de Ávila”, para "hacer gestiones en favor de los abulenses, una vez que cristalice la fusión".

Desde su punto de vista, "el mantenimiento de oficinas, de puestos de trabajo, la ocupación de locales y la atención presencial a los vecinos, son aspectos que conciernen a muchísimos abulenses”, por lo que en su opinión “lo normal sería que la primera autoridad municipal hubiera tomado alguna iniciativa".

Ha indicado que preguntó al respecto en una Junta de Gobierno Local, y que el alcalde, segñun cita el acto de aquella reunión, "se limitó a decir que entendía que 'no era momento para hacer ninguna pesquisa o mantener una conversación formal', puesto que en la fecha de aquella sesión, la fusión no había sido aprobada”. No obstante, señala la portavoz popular, el alcalde dijo que “estaría vigilante y ocupado sobre el asunto como imaginaba que lo estaría el Gobierno de España para garantizar el empleo".

Por ello, su vaticinio es que, “como máximo, el alcalde se ceñirá a decir que ha enviado una carta al director de la nueva entidad, como hace con todos los temas de relevancia, para cumplir el expediente y aparentar que hace algo ante la opinión pública con cero resultados reales".