Desde su punto de vista, la medida “en nada favorece al pequeño comercio y sí a las grandes superficies, deseosas de mayores medidas de liberalización, estén enclavadas en zonas turísticas o no”.

“Esta puerta de entrada a la liberalización total de horarios comerciales no está justificada sobre ninguna demanda en este sentido de los consumidores”, según Conferco, para la que “ni la situación económica del país ni la específica del sector comercio aconsejan poner en riesgo los empleos que mantiene y genera el comercio tradicional”.

Al respecto, considera que la medida “crea inquietud y añade dificultades a un tejido comercial ya demasiado castigado por la crisis”, cuando según recuerda, en Castilla y León el calendario de apertura en domingos y festivos, al contar con el consenso de todos los agentes implicados, “está suficientemente consolidado como para que no se plantee ningún cambio al respecto, ni siquiera por el argumento de la afluencia de visitantes”.

Crisis profunda
Desde la confederación se lamenta que una vez más se ponga el foco en una materia que “no figura entre los numerosos y graves problemas que tiene actualmente el sector”, que se encuentra “intentando remontar una crisis profunda que ha dado al traste con empresas y puestos de trabajo, sin que la solución a este bache pase por la liberalización de horarios”.

Al contrario, opina, “supone un agravamiento de la situación para miles de microempresas, autónomos y pymes” que conforman el tejido comercial de la provincia y de la Comunidad autónoma.

A su juicio, “existen otras materias que desde luego son más urgentes y que sí incidirían en una mayor competitividad del sector, como medidas de incentivo al comercio electrónico, campañas de gestión de clientes, verdadero acceso al crédito y sobre todo argumentos políticos que generen confianza e impulsen un consumo cada vez más deteriorado”.