Y es que, agentes del instituto armado localizaron en julio, en el interior de unas instalaciones ganaderas próximas al polígono industrial de la capital de La Moraña, un galgo atado con una cadena, que carecía de microchip, comida y agua, según ha informado este cuerpo.

Además, junto a este animal, se encontraban muertos otros tres perros de esta misma raza, uno de los cuales tenía microchip.

Como consecuencia de estos hechos, arrancó una investigación que ha culminado con la localización y detención del propietario de uno de los galgos muertos, por haber dejado morir a su perro.

Posteriormente, se logró identificar, localizar e investigar al dueño de los otros dos galgos muertos y del único que fue encontrado con vida, por haber dejado morir a esos animales y por utilizar sin permiso dichas instalaciones para tenerlos allí.

Además, se formularon contra este último varias propuestas para sanción respecto al galgo hallado con vida, como consecuencia de las "nefastas condiciones higiénico sanitarias en las cuales se encontraba".

Tanto el detenido como el investigo, han sido puestos a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Arévalo, tras esta operación llevada a cabo por el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Ávila.