Se trata de la Sternbergia colchiciflora, un geófito bulboso de efímera floración otoñal que suele encontrarse en áreas de litología caliza y margoso-yesosa, y se trata de una novedad para la flora abulense. En 1986 se mencionó por primera vez en Castilla y León en la localidad vallisoletana de Encinas de Esgueva y en 2007 se localizó una segunda población en Cuéllar (Segovia).

El trabajo de campo se ha realizado entre los meses de diciembre y las fechas previas al confinamiento por la pandemia.

Según el grupo de estudios ambientales, su inclusión en el Catálogo de Flora Protegida de Castilla y León e incluida en el futuro inventario de especies de atención preferente, según la Ley del Patrimonio Natural de Castilla y León, obliga a la Junta a una “tutela administrativa efectiva que garantice su conservación y protección ante las amenazas presentes en este enclave singular de Cantazorras”,

Con este hallazgo ya son dos las plantas de este espacio incluidas en el catálogo en la categoría de atención preferente, la otra es la Malvella sherardiana, hallada en 2016.

Variado elenco

Desde Galérida destacan como “a través de los trabajos de campo realizados estos últimos años se constata la existencia de un variado elenco de protagonistas florales”, ya que en un radio de tres kilómetros desde el Ayuntamiento de Arévalo hay cuatro plantas catalogadas, ya que existen dos especies del género hohenackeria: la Polyodon, en la categoría de vulnerable, y ubicada en el entorno del castillo, y la Exscapa, de atención preferente, en las proximidades del puente de San Julián.

Destacan que en este último paraje también hay presencia de H.Ppolyodon y, según los trabajos realizados por la Universidad de Salamanca, este enclave sería único a nivel peninsular al englobar ambas especies en un mismo término municipal.

Ante este hallazgo, el colectivo naturalista ha pedido al Ayuntamiento de Arévalo y al Servicio Territorial de Medio Ambiente de Ávila para lograr “una adecuada protección administrativa”, la redacción de planes o medidas adicionales de protección para las especies declaradas de atención preferente y el plan de conservación para la especie declarada como vulnerable.

Además instan a la delimitación geográfica de las áreas de protección con algún tipo de amojonamiento específico. También recomiendan “prohibir el tránsito de cualquier tipo de vehículo y la adecuada información pública que evite erosionar estos espacios descritos y la pérdida de estos valiosos ejemplares, únicos, de flora vascular”.