Según el equipo de Gobierno, se trababa “en varios proyectos” para espacio, que desde su cierre hace seis años sufre cada vez más deterioros.

Los técnicos municipales, según se ha dado a conocer en la última Comisión de Urbanismo, Patrimonio y Medio Ambiente, han realizado un estudio y supervisión de la estructura del edificio, que data del año 1974 y que se encuentra en un “evidente y contrastado estado de abandono” desde que dejó de utilizarse en el año 2014.

“El edificio ha dejado de cumplir con su función de estación de autobuses y presenta un estado de dejadez y deterioro cuya evidencia se percibe desde el exterior”, a lo que se suma la “falta de actuaciones dirigidas para su mantenimiento y/o rehabilitación y puesta en valor”, lo que “acelera su proceso de deterioro, llegando a un estado de ruina”, añade el informe.

En esta situación, “el inmueble no reúne las mínimas condiciones de seguridad, estabilidad, salubridad y habitabilidad”, de modo que “la edificación presenta una situación de deterioro físico tal que supone un riesgo actual y real”.

Igualmente, inciden en que “el coste de las obras y otras actuaciones necesarias para mantener o reponer las condiciones adecuadas de seguridad, salubridad, ornato público, habitabilidad y accesibilidad (…) exceden el límite del deber legal de conservación”.