Del Viernes, 10 de Octubre de 2025 al Lunes, 20 de Octubre de 2025

Mario Pérez Antolín ha publicado una nueva obra de aforismos, que bajo el título de 'Contrariedades', se mueve en “un territorio filosófico-literario de no siempre fácil clasificación por lo amplio y complejo de los temas tratados en el mismo”.
Así lo define en el prólogo de la obra el escritor Jaime Siles, que invita a disfrutar de la obra escrita por “un hombre culto, pero no pedante, comprometido con las luces y sombras de su tiempo, que expone sus perplejidades tanto como sus certidumbres”.
Siles propone la lectura de los aforismos como textos dirigidos a cada lector: “cada libro sólo se deja leer por un único lector”; y así lo desea “ojalá lo seas tú, como lo he sido yo, de éste”. 'Contrariedades' es la la quinta obra de aforismos del autor (Editorial La Isla de Siltolá).
Mi madre nunca me soltaba dentro de la barca. Ahora, esta mujer con una cruz roja en el chaleco también me abraza como si fuera su hijo. Reparten mantas y no pegan. Yo quiero volver a casa para jugar con mis primos. Tengo miedo del mar porque se enfada sin motivo. Mi madre decía que nos esperaban cosas buenas al final del camino. Ojalá. De momento, la tristeza, el hambre y el frío continúan conmigo.
Duplicación: no eres nadie si no tienes una segunda residencia para los fines de semana y los periodos vacacionales, un par de gafas intercambiables con monturas de diferentes colores, un automóvil urbano además de otro adaptado a los recorridos más largos, una amante que escuche paciente tus desahogos domésticos y un hijo pequeño que entretenga al mayor. No eres nadie si no tienes por partida doble la misma insignificancia.
Que molesto, ya lo sé. Que estorbo a la mayoría, me consta. Que mis opiniones resultan sospechosas, lo asumo. Que no soy un ejemplo a seguir, no lo discuto. Que altero el orden establecido, podría admitirlo. Por algo me hice poeta.
Gente que sigue a perros, maletas con ruedas que siguen a gente. Los unos unidos por correas, los otros por asas extensibles. Yo prefiero llevar las manos en los bolsillos, porque allí da gusto asir la nada.
Lo que más me envejece son esos libros del anaquel superior, que antes estaban a mi alcance y que ahora debo contemplar a distancia, esperando que una mano amiga los baje a la planicie donde habito.
Deberían subtitularnos cuando pensamos y, cuando hablamos, deberían enmudecernos.
Cuando pises el césped, no te imagines una moqueta vegetal, sino un hervidero de individuos minúsculos excesivamente atareados como para prever un aplastamiento repentino.
Cadena de rechazos: el aristócrata que desprecia al burgués por su codicia, el burgués que desprecia al proletario por su tosquedad, el proletario que desprecia al paria por su haraganería. La estratificación social se basa en una permanente repulsa, la cual no obsta para que se saque un mutuo aprovechamiento entre las partes discordantes. Lo de siempre: me asquea un tanto, pero, si conviene, sería estúpido no sacar partido. Condenados al pacto detestable.
Seguimos manteniendo el proyecto vital de siempre, pero con una mayor esperanza de vida. Mientras no modifiquemos el contenido básico de nuestro existir, de qué vale llegar a los cien. Hasta ahora, mayoritariamente, no hay vivencias valiosas para rellenar tantos años. El tiempo, como simple decurso, se torna pesadilla. Haría falta un renacimiento en la mitad de muchas biografías.
Se acercan a la Tierra y nadie sabe de dónde vienen. Con estos alienígenas, los misiles intercontinentales no sirven de nada. Irradian una luz que atrapa los sobresaltos inmediatamente. A falta de una mejor denominación, la prensa los llama «ángeles galácticos», pero lo cierto es que ni pertenecen a la galaxia ni su espiritualidad tiene origen celestial. Algunas personas se han ofrecido para contactar con ellos. Incluso dos científicos están dispuestos a establecer una relación extrasensorial. De momento, los mayores esfuerzos consisten en seguir descifrando un mensaje interceptado de forma casual. El primer borrador, aún no hecho público, dice así: «Nos atrae vuestra endeblez / Queremos llorar como vosotros / Nos gustaría perder la omnisciencia / No albergamos intenciones hostiles / ¿Aceptáis un trueque? / La superioridad tecnológica que tanto os gusta por el sentimentalismo que tanto os molesta / El secreto del teletransporte por un verso triste capaz de reiniciar el universo».
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.140