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El teletrabajo: La esperanza de la España vaciada

Tribuna Ver comentarios 1 Sábado, 04 de Julio de 2020 Tiempo de lectura:
Teletrabajo.Teletrabajo.

Se avecinan tiempos muy duros para la sociedad española, esto lamentablemente es algo que ya nadie niega, y que supone uno de los pocos puntos de acuerdo en los que coincide la mayor parte de nuestro arco parlamentario, agentes sociales y expertos económicos. Además, no hay duda de que las 2 vertientes donde la crisis más se acentuará serán: la sanitaria y la económica.

Francisco Ruiz Herráez

Hasta ahí todo claro, pero la problemática surge cuando analizamos las medidas que se proponen para hacer frente a esta situación en los distintos territorios de España. Estas medidas no pueden comprenderse como una premisa para todo el territorio, de forma que vayan a ser igual de efectivas en toda España.  Fundamentalmente, porque la pandemia no ha afectado a todas las provincias por igual y no todas las provincias partían de la misma situación económica y laboral.


En este contexto, las comunidades autónomas van a tener una responsabilidad muy grande para adaptar y reivindicar ante el gobierno, las medidas que sean necesarias y efectivas en cada provincia para hacer frente a esta crisis. Serán las comunidades las que tengan que identificar y analizar en qué situación de partida estaban las provincias y cuáles son las carencias más importantes que venían arrastrando y que se han visto agravadas por la crisis, esta reivindicación tiene que ser firme y contar con el mayor apoyo posible de cada territorio.


A raíz de esto y centrándonos en el entorno de la provincia de Ávila, es importante que analicemos bien en qué condiciones estábamos antes de la crisis, y la repercusión real que ha tenido el COVID19 en nuestra sociedad.

 

Con esto claro, las medidas y propuestas que se lleven a la JCYL y al gobierno de España tienen que centrarse en frenar la despoblación (sin gente no hay empleo ni estado del bienestar que mantener), este análisis cobra aún más importancia teniendo en cuenta las recientes palabras del viceconsejero de empleo de la JCYL donde nos confirma que el tan ansiado plan territorial de fomento está cada vez más cerca.


Para frenar la despoblación los dos ejes principales son la generación de empleo y la capacidad de asentar población en los núcleos urbanos y rurales de nuestra provincia. Hasta justo antes de la crisis del COVID19estos dos ejes dependían uno del otro, es decir, sin la generación de empleo en la provincia la capacidad de asentar población en la misma era escasa o nula, pero ahora en estos tiempos de crisis han surgido nuevas oportunidades que desligan los ejes anteriormente mencionados. Estas oportunidades están basadas en el teletrabajo como un elemento clave de la III Revolución Industrial, también conocida como la revolución digital.


Desde la segunda mitad del siglo XX, con el proceso de emigración conocido como “éxodo rural” la provincia de Ávila ha ido perdiendo población, oportunidades de empleo y en definitiva, esperanza de futuro. La razón fundamentalradica en la cercanía de Ávila con Madrid y Valladolid, pues la capacidad industrial y empresarial que han ido adquiriendo durante muchos años estas provincias las convierten en centros neurálgicos de creación de empleo y por tanto en imanes de atracción de la población limítrofe como es el caso de Ávila. 


Ya bien entrado el siglo XXI, Ávila intentó frenar esa despoblación, sin éxito, debido a que quedó fuera de las inversiones en fomento e infraestructuras que nos hubieran permitido convertirnos en un territorio donde la población pudiera asentarse, aunque trabajara en las provincias anteriormente citadas. Este lastre en infraestructuras ha sido y será muy perjudicial para el desarrollo de nuestra provincia, pero sin menospreciar la dureza y crueldad de esta crisis del COVID19, la situación que ha generado nos puede permitir descolgarnos ese cartel tan incómodo de “la España vaciada”.


Como bien apuntaba antes, los que conocemos el entorno laboral y empresarial de Madrid y Valladolid, sabemos que son muchas las empresas que a raíz de esta crisis han acelerado sus políticas de flexibilidad laboral y familiar, en las que el teletrabajo, gracias a la tecnología de la que disponemos, supone un pilar fundamental.


Trabajar a distancia, permite a los trabajadores tener libertad para asentarse en cualquier territorio, siempre y cuando los desplazamientos en tiempo con los centros de trabajo no sean muy grandes, para los casos en los que tengan que acudir a sus puestos.


Una sociedad marcada por la “nueva normalidad” en la que, tanto el distanciamiento físico, como el evitar aglomeraciones, son principios fundamentales, supone una oportunidad para la España vaciada.


La saturación de las grandes ciudades tiene los días contados y los trabajadores ya están buscando alternativas para asentarse en las ciudades limítrofes donde puedan sentirse seguros y desconectar de los ritmos de estrés que tanto se acentúan en las grandes urbes.


La oportunidad que esto supone para Ávila por cercanía, calidad de vida, seguridad y sobre todo por tener una barrera económica tan baja que permite a los jóvenes encontrar una vivienda a un precio asequible, son ventajas y fortalezas que no tienen otras ciudades ni pueblos limítrofes a las grandes urbes y que hay que explotar y saber vender en las ciudades que ahora mismo comienzan el periodo de “descongestión”.


Estas oportunidades tienen que verse acompañadas de la capacidad de conectividad, acceso a internet y cobertura móvil 4G/5G en nuestra provincia, sin estos elementos que son base fundamental de lo que anteriormente referenciaba como la III Revolución Industrial, el sueño de frenar la despoblación y recuperar la esperanza de futuro para la provincia de Ávila se verán nuevamente truncados. Y si me permiten esta reflexión, considero que este es el último tren que pasará por nuestra estación hasta dentro de muchos años y quizás cuando vuelva ya sea demasiado tarde para nuestra provincia y ninguno de nosotros lo veremos.


Este mapa de cobertura, banda ancha y fibra óptica tiene que estar en cualquier plan de fomento que se quiera implantar en Ávila, porque la oportunidad que supone para asentar población es fundamental, ya que permite aprovecharse del teletrabajo. Es en este punto, donde como mencionaba anteriormente, las instituciones locales, territoriales y nacionales tienen que poner todo su esfuerzo, porque de ellas depende que el ciudadano que quiera venir a vivir a nuestra provincia no se encuentre con barreras que le frenen en esa decisión.


En definitiva, será a raíz de poder asentar la población, cuando la generación de empleos subyacentes y del sector servicios se verá realmente beneficiada. Si hay una cosa sobre la que podemos sacar una conclusión clara (independientemente del debate que genere debido al modelo productivo actual), es que no podemos basar ningún modelo de país única y exclusivamente en el sector terciario, sobre todo ahora que nos aventuramos en esta “nueva normalidad”. Esto no supone dejar de lado este sector sino tener en cuenta que no puede sostener por si solo el futuro de nuestro país.


Es el momento de cambios y decisiones valientes, es el momento de recuperar la esperanza y la ilusión por un proyecto de futuro para nuestra provincia que vaya de la mano de la digitalización del mundo rural y de la España vaciada.

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