Estos municipios son Casavieja, Lanzahíta, Mijares y Gavilanes, que suman más de 3.500 habitantes, aunque los fines de semana y en periodo estival multiplican varias veces su población.

Los alcaldes de estos municipios, que pertenecen a varios partidos, han considerado que, ante "la difícil situación sanitaria" provocada por la Covid-19, este verano no procederán a abrir sus piscinas e instalaciones de baño municipales.

Valorada la situación de estos pueblos y conscientes de que se trata de una "decisión delicada", ante el "posible malestar" que esta decisión pueda causar entre sus vecinos, los regidores han considerado que la apertura de estas instalaciones para uso recreativo podría hacerlas "susceptibles de posibles contagios y propagación del virus".

Todo ello, pese a cumplir las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Sanidad el pasado 14 de mayo, ya que a su juicio se trata de medidas "complejas y de difícil cumplimiento".

"Por todo ello, nuestra decisión está motivada con la única finalidad de seguir preservando, dentro de nuestras posibilidades, a nuestros vecinos en materia de seguridad pública", argumentan los cuatro alcaldes, que recuerdan la "situación extrema de confinamiento extremo durante dos largos meses".

Tras este esfuerzo, consideran que hay que "seguir dando prioridad a las medidas de seguridad y precaución, especialmente protegiendo a una población envejecida y vulnerable, para que dicho esfuerzo no hay sido en vano". A raíz de esta decisión, los regidores han pedido "comprensión y apoyo" a su decisión.