Es otra pérdida irreparable en la lista de miembros de la institución en este trágico año de 2020, junto a figuras tan relevantes como la de José Jiménez Lozano y Miguel Ángel Troitiño Vinuesa.

Nacido en Madrid el 6 de marzo de 1966 y con raíces en Navalperal de Pinares, de donde era su familia materna, José Antonio Monterrubio pertenecía a la sección de Derecho, Ciencias Políticas y de la Administración. Era miembro de número desde la asamblea general de diciembre de 2018. Su última colaboración está recogida en el libro homenaje a Carmelo Luis López, que esperamos presentar al final del verano y que será también una buena muestra de su identificación con la Institución y con los temas abulenses. Estaba colaborando asimismo en un libro sobre tauromaquia en Ávila, especialmente en lo relativo a las ordenanzas taurinas, e investigando hechos relacionados con la familia de sus abuelos durante la Guerra Civil, en Navalperal de Pinares, lo que le traía con frecuencia al Archivo del Ejército, Archivo Diocesano y otros centros de documentación de nuestra capital.  

Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y doctor por la Universidad Camilo José Cela, fue profesor de Derecho Administrativo, su gran especialidad, en la Universidad Rey Juan Carlos entre 1998 y 2015, año en el que pasó a formar parte de la Asesoría Jurídica. Fue miembro del Claustro Universitario (2000-2014) y del Consejo de Gobierno (2003-2014) y delegado del Rector para Asuntos Jurídicos (2003-2013). Con anterioridad, entre 1995 y 1998, impartió docencia en el Centro de Estudios Superiores Sociales y Jurídicos Ramón Carande. Hasta el momento de su muerte mantenía su docencia en másteres y cursos universitarios, pronunciaba conferencias y colaboraba en medios de comunicación sobre Derecho Administrativo, Función Pública, Seguridad, Medio Ambiente, Urbanismo… 

Como funcionario de carrera desempeñó cargos en diferentes departamentos ministeriales y como letrado ejerciente del Colegio de Abogados de Madrid, desde enero de 2006, ha asesorado y defendido con éxito tanto a entidades públicas como privadas ante diferentes tribunales. Estaba considerado como uno de los grandes especialistas españoles en Derecho Administrativo, hasta el punto de que se decía que siempre ganaba sus casos. 

Nos vimos por última vez en los días previos al confinamiento. Estaba muy apenado por el fallecimiento, pocas semanas antes, de su madre, con quien vivía habitualmente y a cuyo cuidado dedicó gran parte de su tiempo en los años postreros, junto con su hermano. Me contó que había encontrado bastante documentación relacionada con sus abuelos y la guerra civil en la zona de Navalperal y que investigaba asimismo sobre las ordenanzas taurinas, un campo que conocía bien por sus funciones en la plaza de las Ventas de Madrid. Buen conversador, observaba muy bien el entorno social y aconsejaba no estresarse demasiado. Tenía razón en la conveniencia de distribuir bien el tiempo. Descansa en paz, colega y buen amigo José Antonio. Te echaremos siempre de menos.

--- Maximiliano Fernández Fernández es director de la Institución Gran Duque de Alba