“Nos encontramos ante un momento realmente histórico que nadie esperaba sucediera y que ha supuesto una total conmoción”, explica Ernesto Gómez Ferreras, presidente de la Junta de Semana Santa, con motivo del Viernes de Dolores, cuando deberian haber comenzado los desfiles procesionales, con la procesión del Vía Matris, que se extienden hasta el Domingo de Resurrección.
Destaca lo que supone para cofradías, hermandades y patronatos, que preparaban la Semana Santa desde hace un año, y que han visto “totalmente paralizados” los preparativos, “porque el proceso comienza el lunes de pascua del año anterior”.
Si bien siempre existe “la duda de si alguna inclemencia meteorológica va a impedir alguna de las procesiones”, se trabaja “con la ilusión de poder efectuar los actos programados”. “Creo que nadie podíamos pensar que hubiera que suspender todas las celebraciones comunitarias”, lamenta, ante lo que propone “vivir una Semana Santa distinta desde el recogimiento interior, pero en total comunión con el resto de los cristianos”.
A pesar del confinamiento por el estado de alarma decretado desde mediados de marzo, Gómez Ferreras llama a celebrar la Semana Santa como “una verdadera semana de pasión” y teniendo en cuenta a quienes padecen la pandemia: “lo tenemos que hacer en soledad, pero sabiendo nuestra comunión con los demás y, sobre todo, con los que sufren y con los que luchan para que esto acabe cuanto antes”.
Además, considera que en “este momento” es cuando “hay que profundizar en el sentimiento de hermandad que inspira todas nuestras entidades” y de prepararse “a celebrar con esperanza la Pascua”.
No se recuerda
Según explica Gómez Ferreras, no hay un precedente en la historia de la Semana Santa: “en la época previa a la Guerra Civil se prohibieron las procesiones y hubo muchos actos que se suspendieron, más por dificultades económicas que por las propias prohibiciones, pero una situación como esta no se recuerda”.
En las últimas fechas se ha planteado la posibilidad de trasladar las celebraciones al mes de septiembre. El decreto 'En tiempo de Covid-19', de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, expresa que la fecha de la Pascua no puede ser trasladada, “pero las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen los días de la Semana Santa y del triduo pascual, a juicio del obispo diocesano, podrán ser trasladadas a otros días convenientes, sugiriendo como posibles fechas el 14 o el 15 de septiembre, fechas que no se han elegido al azar porque coinciden con las festividades de la exaltación de la Santa Cruz y de la Virgen de los Dolores”.
Sin embargo, tanto la autoridad eclesiástica de la diócesis abulense como la Junta de Semana Santa de Ávila, “consideramos que, dadas las circunstancias, ahora no es el momento de tratar este asunto, cuando toda España está pendiente de asuntos de más enjundia”, si bien “una vez superada esta situación puede verse la conveniencia de hacerlo, aunque no es algo fácil”.
Desde la Junta de Semana Santa de Ávila se ha comentado esta posibilidad, pero la opinión no es favorable, ya que “el sentir general es que trasladar los actos de Semana Santa a septiembre no es buena idea, aunque algunas de ellas podrían plantear algún acto especial, pero realmente no se está pensando en este momento”. Sería un acto concreto en torno a las fiestas de exaltación de la Santa Cruz y de la Virgen de los Dolores, ante la evidencia de que puede reproducirse la Semana Santa en otro momento del año.
Castellano | Sábado, 04 de Abril de 2020 a las 15:52:17 horas
Pues hay que hacerse a la idea de que tampoco podrá celebrarse ni el uno de mayo ni el día de san Segundo.Ya vendrán mejores tiempos.
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