Por ello, esta organización agraria ha señalado que "el lobo también mata en periodo de crisis sanitaria", dando muerte en esta ocasión a un becerro y un poni, de distintos propietarios. Y es que los ganaderos de este municipio de la vertiente norte de Gredos se sienten "desprotegidos y cansados de alimentar" al lobo, una circunstancia que "no para ni durante la crisis sanitaria del COVID-19".
El ganadero Javier González se encontró en la mañana del domingo con un poni "devorado por los lobos", propiedad de César Hernández. Esta crircunstancia le puso "en alerta", teniendo en cuenta que este tipo de hechos "se están convirtiendo en habituales" en San Martín de la Vega del Alberche.
Por ello, González se dirigió a su explotación, donde encontró que los cánidos también habían actuado y habían causado la muerte de uno de sus becerros.
Según Asaja, no se trata de la primera vez que esto sucede, ya que en los primeros días de este mes se encontró con una situación similar, tras hallar muerto a un ternero de solo cuatro días.
Tras estos hechos, la explotación de Javier González suma una veintena de ataques en los últimos años, mientras que César Hernández también ha vivido este tipo de siniestros.
Abandonados
Asaja sostiene que los ganaderos "se sienten abandonados por las administraciones, y más en esta situación de desconcierto que están viviendo", teniendo en cuenta que durante la crisis sanitaria "no se van a realizar controles poblacionales del lobo", lo que a su juicio "les permite seguir creciendo hasta echar a los ganaderos de zonas donde tradicionalmente había aprovechamiento de los pastos.
Javier González González es uno de los ganaderos que, asesorado por los servicios técnicos y jurídicos de Asaja, ha recurrido a la vía judicial para reclamar a la Administración los daños reales que les provoca el lobo, ya que los baremos actuales de la Junta no tienen en cuenta el valor real a precio de mercado de los terneros, los becerros no nacidos debido a los ataques, ni los gastos que conlleva gestionar un siniestro de estas características y el resto de daños colaterales como las bajadas de fertilidad y fecundidad del rebaño.
En 2019 el número de animales muertos por ataques de lobo alcanzó cerca de los 2.000 tan solo en la provincia de Ávila, lo que supone más del 50% de todos los daños que produce el lobo en Castilla y León. "No se puede consentir que en 2020 se alcancen las mismas cifras y, ni mucho menos, que los ganaderos no se sientan protegidos por las administraciones", ha concluido la organización agraria.
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