Para ello, se emplean impresoras 3D para fabricar el soporte sobre el que se encaja la mascarilla, realizada con láminas de acetato procedentes de los cuadernos (tamañoDIN A4), así como una goma para completar el ajuste.

El resultado final va destinado a los sanitarios del Complejo Asistencial de Ávila, debido a la falta de este tipo de material para afrontar esta crisis sanitaria y la progresiva llegada de pacientes con coronavirus.

Uno de los implicados en este proyecto, Pedro Muñoz, ha reconocido que se trata de una idea que roza lo artesanal, pero que sirve para esta situación de emergencia debido a la escasez de este tipo de material.

Aunque no están validadas sanitariamente, los impulsores de la iniciativa señalan que es mejor que otro tipo de material que se está empleando, como bolsas de basura en algunos hospitales, a modo de batas.

Primeras entregas

La iniciativa empezó a ver sus resultados el sábado, cuando se entregaron en la Delegación Territorial de la Junta en torno a 20 máscaras, si bien Muñoz cree que la producción aumentará significativamente. En la Escuela Politécnica Superior también trabajan en ello, y han demandad gomas y acetatos para completar las pantallas faciales.

Lo que más tiempo lleva en hacer es la fabricación de los soportes en 3D, que pueden llegar a tardar una hora y media, aunque también los hay que emplean en torno a 45 minutos.

Pedro Muñoz ha destacado la implicación de la población, que aporta el material necesario, aunque no cuenten en sus casas con este tipo de impresoras. Para coordinar la entrega de este tipo de materiales, cuentan con la colaboración de Protección Civil, que ya ha llevado material a Hospital Nuestra Señora de Sonsoles.

En las redes sociales se hacen llamamientos para que quienes tengan impresoras 3D se unan a la fabricación.