Tras analizar la procedencia de los objetos recuperados se ha comprobado que se trata de un grupo organizado, que aprovechaban residir en la localidad para vigilar viviendas vacacionales o de fin de semana para conocer las costumbres de sus vecinos y actuar cuando se encontraban deshabitadas.

La actuación derivó después de que en los últimos meses se produjeran numerosos robos en domicilios y casetas de campo, en los que “si bien la cantidad de efectos sustraídos no era relevante sí que lo era su número”.

El 28 de marzo se detuvo a tres individuos por un presunto delito de robo con fuerza en una vivienda de la localidad gracias a las pruebas que se hallaron en su interior y que los situaban en ese lugar en el momento de cometerse el delito.

Hubo que pedir consentimiento para los registros voluntarios a los propietarios de varios inmuebles, padres y tutores, en los que se sospechaba que ocultaban el material supuestamente robado.

En los seis registros efectuados entre el 2 y el 6 de abril se intervinieron numerosos objetos procedentes de los robos, tales como televisores, equipos informáticos, equipos de sonido, herramientas, bicicletas, arma de aire comprimido, teléfonos móviles, vídeoconsolas, coches de radio control y otros efectos, reconocidos por sus propietarios. Hasta ahora se han esclarecido diez delitos de robo con fuerza en las cosas.