Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025

El fiscal ha pedido tres años y medio para dos vecinos del sur de la provincia acusados de sendos delitos contra la salud pública por tráfico de drogas ocurridos en 2017. Las defensas de ambos han solicitado la libre absolución en el juicio que ha quedado visto para sentencia en la Audiencia Provincial de Ávila.
Al comienzo del juicio el fiscal pedía seis años para F.J.G., vecino de Mombeltrán, pero al final ha rebajado la solicitud de pena a tres años y medio al quitar el agravante de los antecedentes penales, mientras que para I.M.R., vecino de Guisando, ha pedido cuatro años que luego ha rebajado a tres y medio.
En su declaración, F.J.G. afirmó que fue consumidor habitual de drogas y que, tras decir que era para su consumo, se dedicó al tráfico porque no tenía trabajo y pasaba por “una situación crítica”. “Me arrepiento”, dijo al final, asegurando que no se ha vuelto a dedicar “a nada de esto”. “Pido un poco de clemencia”, terminó,
Los hechos juzgados sucedieron en noviembre de 2017 a raíz de una denuncia del usuario de un camping. La Guardia Civil investigó un punto de venta en Mombeltrán y detuvo a F.J.G. tras realizar un viaje a la localidad madrileña de Arroyomolinos para hacer acopio de sustancias estupefacientes. Fue seguido y controlado telefónicamente por los agentes.
En ese viaje el segundo de los acusados fue detrás del otro en otro coche, según detectaron los repetidores del sistema de telefonía móvil. En las escuchas los agentes detectaron que iban adquirir droga, sin embargo en el juicio ellos han hablado de que viajaban a un chalé que estaba de mudanza y estaban interesados en un sofá.
Drogas y sofá
A pesar que ambos han insistido en el asunto de la mudanza y del sofá, en las grabaciones de las múltiples conversaciones no hablan de ello y sí de tener cuidado porque había algún coche de la Guardia Civil en la carretera, y a referencias a la calidad de la droga y a un tercero que se lo iba a suministrar.
I.M.R., que ha confesado ser consumidor “esporádico”, ha dicho que le había encargado a F.J.G. tres gramos de cocaína, para lo que le pagó 100 euros. En este caso quería la cocaína para el día siguiente, 10 de noviembre, que era su cumpleaños. Fue detenido unos días después del primero, y se le acusa de ser intermediario, aunque él ha asegurado no tener “nada que ver en esto”.
En el transcurso del juicio han prestado testimonio seis agentes de la Guardia Civil, que han detallado las actuaciones realizadas, según las cuales demostraban que mientras uno de ellos traficaba el otro era su colaborador.
Así las cosas, si bien el fiscal cree que el primero cometió un "delito flagrante" de tráfico de drogas, en el segundo de un delito “indiciario” por los elementos que le vincula al hecho. En el caso de F.J.G., tras las escuchas de aquel viaje se le dio el alto, reconoció el hecho, portaba 53 gramos de cocaína, y llevó a los agentes a su domicilio para entregarle una báscula de precisión y los alambres para hacer las papelinas. Antes se le habían controlado sus movimientos, que pusieron sobre la pista tras la denuncia recibida.
Las abogadas de ambos acusados han alegado el principio de presunción de inocencia al no haber pruebas, “no haber acreditado” los delitos, y que la relación entre ellos aquel día fue para recoger unos muebles, y porque uno le había prestado el coche al otro.
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