El veredicto del jurado, reunido un año más en Ávila, ha sido “muy ajustado”, tal y como ha destacado el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, al desvelar el nombre de los dos distinguidos ex aequo en esta decimoctava edición.

Sólo en 2012 y 2018 había sucedido lo mismo, cuando el galardón fue compartido por Antonio Colinas y Olegario González de Cardedal en la primera ocasión y por Ángel Vallecillo y José Luis Cancho en la segunda.

En esta ocasión, las dos obras distinguidas han sido 'Mil amaneceres' (Ayuntamiento de Valladolid), de Alonso de Santos, ganador en 2010 del Premio de las Letras Teresa de Ávila-, y 'Fábrica de prodigios' (Páginas de Espuma), de Escapa.

Ambos trabajos se han impuesto entre los diez que han sido seleccionados como finalistas, con nombres tan destacados en la nómina como Antonio Colinas o Luis Mateo Díez. Entre todos ellos, solo una mujer, la bejarana Yolanda Izard Anaya, con el libro 'Lumbre y ceniza' (Devenir).

El Premio de la Crítica de Castilla y León está organizado por el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, en colaboración con el Ayuntamiento de Ávila, que ha acogido en los últimos años el fallo del jurado integrado por Jesús Fonseca; Carlos Aganzo; Francisca Noguerol; Javier San José; Natalia Álvarez y Gonzalo Santonja, presidente de la entidad organizadora.

Este último ha señalado que la presente edición se ha caracterizado por el nivel “estratosférico” de las obras presentadas en “todos los géneros”, algo que desde su punto de vista demuestra la "buena salud literaria" de una Comunidad.

Elogios a los premiados

Como portavoces del jurado han ejercido el periodista Jesús Fonseca y Francisca Noguerol, de la Universidad de Salamanca, que han elogiado la calidad de las obras premiadas.

Fonseca se ha centrado en la de José Luis Alonso de Santos, a quien se ha referido como "uno de los mejores dramaturgos que ha dado el mundo hispano", que ha hecho de 'Mil amaneceres' una "obra redonda" con un "pálpito muy especial de sabiduría y humanismo".

Igualmente, se ha referido a la obra premiada como "mucho más que un libro de teatro", ya que  resulta una creación que "ahonda en esos valores y convicciones eternas, tal vez olvidadas", como "la piedad" o la "necesidad de un mundo humano y compasivo".

Por su parte, Francisca Noguerol ha asegurado que Pablo Andrés Escapa ha ganado "muy merecidamente" este galardón por 'Fábrica de prodigios', un libro que "desde su título señala cuáles son sus enormes calidades".

"Fábrica, como artefacto literario perfecto, que cuida la estructura, el lenguaje, siempre inventando nuevas palabras y siempre dándonos a conocer las esquinas del diccionario tan característico de su obra", ha explicado Noguerol.

Sobre la otra palabra que protagoniza su título, prodigios, la portavoz del jurado ha señalado que Escapa "pertenece a la gran tradición del filandón leonés", que en su opinión "rezuma en sus páginas con personajes como el diablo".

Igualmente, ha hecho referencia a la "influencia" de autores "tan reconocidos" con este mismo premio, como Juan Pedro Aparicio, Luis Mateo Díez -finalista de esta edición- o José María merino. Desde su punto de vista, hablar de "una tradición que continúa en un autor joven", significa que "sigue vivo ese gusto por la imaginación y por aunar realidad y fantasía".