La alcaldesa, Nuria Arribas, ha explicado que “el cierre de los colegios es el termómetro de la despoblación y el comienzo de su decadencia”, por lo que “si se mantiene la escuela, ésta servirá de reclamo” para seguir adelante. Y asegura que de conseguir mantener la escuela rural, la localidad “quizá comience a recuperarse de nuevo”, sobre todo “cuando se compruebe la calidad de dicha educación”.

La escuela unitaria rural tiene muchas ventajas, según la regidora: “hay pocos alumnos, estilo Finlandia” y es un espacio de “convivencia de distintas edades en el mismo espacio”, lo que “fomenta la igualdad y la solidaridad”, en un ambiente en el que “los pequeños se benefician de lo que están haciendo los mayores y estos, a su vez, les ayudan y se espabilan”. 

Este entorno educativo “favorece la integración del alumno en el medio en el que vive”, ha argumentado la alcaldesa, quien destaca que el modelo educativo “es más flexible y crea autorresponsabilidades” a los niños, que cuentan, además, con pizarras digitales y ordenadores.

Para animar a las familias a llevar a sus niños al Colegio Rural Valle Amblés, al que pertenece La Serrada, desde el Ayuntamiento se facilitarán libros gratis y material escolar, y el próximo curso está previsto que se implante el servicio de madrugadores y, dependiendo también de las necesidades, “se está pensando en un servicio de continuadores o de 'Tardes en el cole'”, así como se estudian varias propuestas para el comedor “dependiendo de las necesidades de los niños y sus familias”. Otra de las propuestas del Consistorio es que haya un monitor los días de fiesta.