Bajo el título 'Ávila en la mirada: historiografía de su memoria quieta', ha explicado en la Biblioteca Pública su pasión por la representación de la imagen de la ciudad de Ávila y su percepción-mirada a través de la crítica bibliográfica, su historia y sus fuentes (historiografía), “acotando su espacio temporal y material, circunscribiéndonos al periodo del siglo XIX y anteriores, y al soporte libresco de la imagen”.

Dejando para otra cosa ocasión periódicos y revista, ha decidido hacer “una selección a modo de escrutinio de los libros ilustrados que lo fueron con reconocido atractivo y donaire-donoso, donde la ciudad se enseña de forma gráfica en imágenes reconocibles de su identidad histórica y cultural”. Y se ha propuesto “una reconstrucción visual de la biblioteca en la que Ávila encuentra acomodo a través de la imagen impresa o insertada entre sus páginas o formando álbumes comerciales”, porque, ha querido significar, “la imagen en el libro cobra especial relevancia como instrumento de comunicación a la hora de conformar la historia quieta abulense y su memoria del tiempo”.

Y ha escogido, en un período que se extiende hasta 1900, mas de 75 tí tulos de la más variada temática en los que se cuentan centenares de estampas. “Títulos que siempre perdurarán en la remembranza de la historia abulense, igual que ocurría con los libros de la biblioteca de Alonso Quijano, aunque aquí sin censuras ni encantamientos enloquecidos”, ha apuntado.

Para ello ha dicho “cambiar la librería de nuestro ingenioso hidalgo por las estanterías” de la Biblioteca de Ávila y de las bibliotecas Nacional de España, Nacional de Francia y la Digital de Castilla y León, así como las de la Universidad Autónoma de Barcelona, la Fundación Lázaro Galdiano, el Palacio Real, el Ateneo madrileño, la Alhambra, el Museo del Traje y el Museo del Romanticismo.

En el recorrido visual siempre atiende a “su función de apoyo al conocimiento a través de la imagen y la mirada, la cual trasciende al libro mismo al que sirve y auxilia en su comprensión, a la vez que nos ilustra y comunica sobre la evolución de Ávila”, desde la geografía, la ciudad, la arquitectura, el arte, la historia, los monumentos, los álbumes, las guías, y los personajes y tipos populares. 

Y en esa recopilación se hallan “publicaciones cartográficas, artísticas, históricas, viajeras, religiosas, literarias, políticas, biográficas, aristocráticas, costumbristas y etnográficas” en las que destaca su marcado carácter artesanal, con grabados, litografías, fotograbados, fototipias y fotografías.

En esa recopilación tampoco ha incluido obras literarias porque “no suele prestarse a su escenificación gráfica en los libros de la época, aunque la relación entre imagen y literatura, la que conforman la palabra y su representación gráfica, se nos antoja como una novela”.

“O mejor aún, como un álbum de familia con el que no puede competir la mejor novela, donde la fantasía visual de cada imagen es una página literaria que encierra una multiplicidad de percepciones”, ha concluido, con una llamada a descubrir esas imágenes del pasado de Ávila.