La vista oral se prolongará otro día para que declare el último de los testigos, que se encontraba enfermo. Entre los nueve testigos que han declarado en el Juzgado de lo Penal de Ávila se encontraba uno de los perreros, que fue quien vio el lobo muerto e hizo una foto, la que ha usado la Guardia Civil para imputar a los dos acusados. Sin embargo, a pesar que certificó con la imagen la muerte del animal, sólo se lo contó al organizador de la cacería pero no avisó a la Guardia Civil. No ha podido decir si la sangre del animal estaba fresca y apenas algún dato más porque no se acercó lo suficiente. Ha contado que estuvo “a dos o tres metros”: “la herida no la vi, no me he aproximado”.

No ha aportado datos, como tampoco lo han hecho otros testigos, de donde procedieron los disparos que pudieron matar al lobo, después de que los guardias civiles afirmasen en la primera sesión del juicio que se encontró una mancha de sangre, huellas de arrastre y restos de pelo del cánido frente al puesto número 15.

A los testigos las partes les han preguntado al respecto, pero lo único que han dicho es que se escuchó decir que los del puesto 15 (los acusados) “la han liado”. Pero esa frase podría ser, ha indicado uno de ellos, porque habían matado “un guarro grande”.

Casi el único que ha asegurado que vio lobos fue un cazador del puesto 13: “yo vi dos a media mañana”. Y también escuchó disparos, después de ver uno de ellos, a su derecha, donde se encontraban los puestos 14 y 15. Éste participante en la montería escuchó decir “alguien la ha liado”, sin embargo durante la comida “no se habló de ello”.

La habían líado

Otro de los asistentes de la cacería, en la que hubo unas 60 personas, ha contado que vio “un bicho que parecía un lobo” y “no era un cochino”, mientras que un cazador observó un lobo, “pero muy lejos”. A éste mismo le dijeron que “los del puesto 15 la habían liado”

Si el lobo muerto era reciente o no tampoco ha quedado aclarado aunque se ha escuchado decir que había “muchas moscas” en torno al supuesto cánido, mientras que algunos de los testigos han recordado que vieron arrastrar un animal.

Llamada anónima
Fue una llamada anónima la que alertó de la muerte del animal en la misma tarde del 29 de noviembre de 2015 en la finca Valdeciervos, del término municipal de Tornadizos de Ávila. La comunicación la recibió un celador de Medio Ambiente, encargado del seguimiento de lobos, que ese domingo no trabajaba pero que había estado en la zona tres días antes, ya que los excrementos de los cánidos atestiguan que en ese entorno “es muy frecuentado” por ellos y que crían por allí.

“Han matado lobos”, le dijeron en la llamada anónima. Compañeros de Medio Ambiente y la Guardia Civil se personaron en la zona y “no encontraron nada”.

También ha declarado Nicolás González, jefe de la sección de Espacios Naturales y Especies Protegidas del Servicio Territorial de Medio Ambiente en Ávila, que ha certificado haber firmado el informe sobre el caso. Le han pedido valoraciones como biólogo que es, pero no ha podido responder porque acudía llamado como testigo, o sea, podía hablar de hechos pero no de valoraciones, ya que para eso debería haber sido llamado como perito.

Cierta hermandad

Por otra parte han testificado especialistas de la Guardia Civil, que han certificado que los pelos eran de lobo, sin descartar que fuera un lobo cruzado, de un ejemplar con “cierta hermandad” con otro atropellado cerca de allí en las mismas fechas.

Aunque estaba previsto el final del juicio con la segunda sesión, deberá fijarse otro día para escuchar el testimonio de otro de los cazadores, que no ha podido asistir al encontrarse enfermo. Ese día se conocerán las conclusiones del caso.

Tras el juicio, la letrada de las asociaciones Lobo Marley y Anadel, Albina Flórez, ha explicado que sustentan la petición de dos años de cárcel para uno de los acusados y tres para otro (uno más por tenencia ilícita de armas), aunque ha reconocido la dificultad “porque no existe materialmente el cuerpo del lobo, aunque sí hay fotografías”. Sin embargo, ha argumentado que “hay muchas pruebas biológicas” recogidas por la Guardia Civil y “queda acreditado por varios testigos” y por la persona que tomó la fotografía que el animal abatido era “un lobo y no un perro ni otro tipo animal, en el lugar donde estaba el lobo muerto y donde se recogieron los indicios es el mismo”.

Todo esto deja “claro que sí hubo un lobo muerto en la montería ese día”, ha asegurado la letrada, aludiendo al testigo que el primer día contó haber visto al lobo que “caminaba y que cayó” tras los tres disparos del puesto 15, ya que aseguró haberlas visto apuntado en el momento inmediatamente anterior.

La abogada ha señalado que hubo “muchos comentarios”, según los testigos, del “problema de actitud y comportamiento del puesto 15”.

Para Luis Oviedo, de Ecologistas en Acción, “hay hechos que dejan perfectamente acreditado que se mató un lobo y pruebas claras que el disparo procedía del puesto 15 en contra de lo que decían los acusados”, a la vez que “indicios de prueba para intentar atribuir la autoría”.

Prueba insuficiente

Frente a esto, el abogado de la defensa, Enrique de Miguel, cree que “la prueba que hay es totalmente insuficiente” para demostrar la muerte de un lobo, ya que “no es suficiente para un pronunciamiento condenatorio, sobre todo por un problema de autoría, de quien ha sido realmente y a quién han matado”.

“Ningún testigo ha visto cómo se producían los disparos, ni el del puesto 14 lo ha visto, tampoco sabemos sabemos si ha habido un lobo muerto”, ha afirmado. “No sabemos si” el animal es “de esa montería, de antes o de cuándo o qué es lo que realmente hay muerto”, ha afirmado.