El cuñado del rey Felipe ha entrado en la cárcel a las 15,38 horas del sábado, ya que el plazo que tenía para volver terminaba a las 16 horas.

Un ganadero de Brieva que acudía a su explotación, situada junto a la entrada de las visitas a la prisión, ha preguntado a los informadores: “¿ya está aquí el pájaro?”. Y ha recordado que cuando él hacía el servicio militar era la frase con la que se referían a sí un mando había entrado en el cuartel.

Urdangarín salió para su primer permiso el martes, día de Nochebuena, a las 8,40 horas, desde donde viajó hasta la sede de la organización no gubernamental de Pozuelo de Alarcón (Madrid), a la que acude dos días por semana para ejercer como voluntario. Desde allí se marchó después al domicilio de su madre en Vitoria, donde fue visto por las calles y yendo a misa con su esposa, la infanta Cristina, y sus cuatro hijos. Los cuatro días de permiso empezaron a contar desde el momento en que terminó la labor de voluntariado el martes.

Al llegar a Brieva se le ha podido apreciar en la parte de atrás del Skoda Octavia de color gris, vehículo en el que es trasladado habitualmente para hacer voluntariado. El coche entra dentro del propio edificio de la cárcel, lo que no se había permitido hasta ahora a nadie en la prisión, donde cumple desde julio de 2018 una condena de cinco años y diez meses de cárcel por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias en el conocido como caso Nóos.

El exduque de Palma pidió el primer permiso penitenciario a finales de noviembre, una vez cumplida una cuarta parte de la pena. Había solicitado siete días, el máximo que contempla la ley, pero la Junta de Tratamiento de la cárcel lo redujo a cuatro.

Urdangarín podrá pedir el tercer grado penitenciario o semilibertad a finales de enero, debido a que las juntas de tratamiento revisan cada medio año, en este caso la última se produjo en julio, la clasificación de los reclusos que solicitan el segundo grado y aspiran a pasar al régimen abierto.