Los hechos se han producido en torno a las 7 horas de este lunes,  momento en el que han comenzado a “salir chispas de la calefacción”, al mismo tiempo que se apagaban las luces en pleno descampado, según relata Pepa Hernández.

Por ello, la máquina se ha detenido antes de llegar a Sanchidrián, donde los pasajeros han tenido que descender de los vagones cargados de maletas y bultos que llevaban para pasar las vacaciones en unos casos o para trabajar en otros.

Teniendo en cuenta esta situación, así como la falta de luz y la irregularidad del terreno, uno de los pasajeros, de avanzada edad, ha sufrido una caída.

Tras sufrir este incidente que se suma ya a una larga lista de incidencias en este tren que en otras ocasiones se queda sin calefacción, se avería o llega con retraso de manera constante, los viajeros han tenido que esperar la llegada de otro tren en dirección contraria, que les ha trasladado nuevamente a la estación de Ávila para luego dirigirse a su destino, la capital pucelana.

Desde el punto de partida, han vuelto a salir en un tren que no era el suyo, para llegar a Valladolid a las 9.45, cuando tenían que haber estado en la estación vallisoletana a las 8.07 de la mañana. Esta circunstancia ha hecho que mientras unos pasajeros han llegado tarde a su trabajo, otros no hayan podido realizar el transbordo que les debía conducir a lugares como Santander, para disfrutar de las Navidad en familia.

Falsa promesa

Ante esta situación, Pepa Hernández ha recordado que el nuevo tren prometido el año pasado por el Ministerio de Fomento, tan solo haya podido ser utilizado por los viajeros en tres o cuatro ocasiones, ya que después fue retirado para que volviera a entrar en funcionamiento el tren antiguo.

Un tren que, además de fallar en repetidas ocasiones, presenta una imagen de “suciedad” como la de la mañana de este lunes, con pipas y papeles que le hacían preguntarse a Hernández si se trataba de “un vertedero”.

Por ello, la viajera ha solicitado la implicación de las instituciones, especialmente a la Junta de Castilla y León, que subvenciona este trayecto y que, por ello, "debería preocuparse por el destino del dinero de todos los castellanos y leoneses".