Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
Una aproximación etnográfica a las epidemias en la comarca de La Moraña (siglos XIX-XX)

Durante el siglo XIX y la primera mitad del XX, los pueblos de La Moraña sufrieron el azote de toda una serie de epidemias que provocaron una alta mortalidad, especialmente en la población infantil. Las epidemias que más diezmaron la población de La Moraña en el siglo XIX, fueron el cólera, el tifus y la viruela; y durante la primera mitad del siglo XX, la gripe. Ya en la segunda mitad del siglo XX, gracias a la mejora de las condiciones higiénicas y al uso generalizado de vacunas y antibióticos, el índice de mortalidad se estabilizó, con una tendencia a la baja.
Atendiendo a la documentación histórica, los estudios acerca de la materia, sitúan la entrada del cólera en Europa a través del Cáucaso y del Volga, en torno a los años 1831 y 1832. En 1834, penetra la epidemia en España, provocando un alto índice de mortalidad. Durante la segunda mitad del siglo XIX, se producen tres grandes brotes de cólera en España: el primero tiene lugar en el trienio 1853-1856; el segundo, especialmente virulento, surge en 1865 y tarda nueve años en desaparecer (en Mamblas murieron aquel año, 47 personas, de las cuales, 37 eran párvulos); y el tercer brote de cólera entra por el sur, en España, hacia el año 1885. Ya en esta ocasión, se logró atajar la epidemia gracias a la vacuna descubierta por el español Ferrán (1).
En el presente testimonio oral, Inmaculada González López, vecina de Fontiveros, refiere el empleo que se hacía de la cal en dicha localidad para la desinfección de las iglesias, pues en su interior, antaño fueron enterradas bastantes víctimas del cólera:
Y lo mismo en las iglesias. Aquí, en las iglesias, se han descubierto muchas cosas ahora, últimamente, cuando han venido a restaurar, porque cuando el cólera, cuando la enfermedad esa del cólera que hubo, como se metían los difuntos que se habían muerto de cólera en las iglesias, para desinfestar, las blanquearon. Muchas iglesias blanquearon y taparon muchas pinturas y muchas cosas que había en las iglesias con el fin de desinfestar. Y la cal valía para eso. Los vapores esos que soltaba la cal, dicen que era como un desinfestante (2).
El tifus fue otra de las enfermedades que provocó gran mortandad en la población de La Moraña. Los síntomas de esta enfermedad infecciosa eran fiebres altas, manchas en la piel y aparición de costras negras en la boca. La última epidemia de tifus en España tuvo lugar durante el bienio 1941-42. Dentro de esta secuencia temporal, habría que situar la muerte por tifus de un joven de diecisiete años y de una niña de nueve en Mamblas, según el testimonio de Bienvenida García García, vecina del lugar encuestada por mí:
¡Sí, sí! Yo me acuerdo de… del tifus, y aquí, aquí se murieron dos de tifus. Dos… Uno de diecisiete años y otra niña de nueve. Y a los que pilló, pues eso, pues tenían una casa… Yo me acuerdo de una que tendría… Es, era como esta habitación. La puerta con…, de las sardinas, caja las sardinas, hizo la puerta. Se la murió una niña que se llamaba Leonor, que era guapísima. ¡Eran guapísimos esa gente! Él era un obrero, era pastor. Tenía la cama así, y las gallinas, que estaban en la calle, de… detrás de la cama, un cacho cajón las acostaba. Y la cocina así, la lumbre. Y dos sillas. Y un cacho mesa que, que era así. Tenía tres hijos y una hija. Y… el suelo de barro. Y luego, un arroyo que pasaba por allí, que ahora ya han hecho una casa nueva y está saneao todo. Y se la murió una niña que se llamaba Leonor, que eso era una preciosidad de niña, pues a cuenta de… la humedad o de…, o de las calamidades que había (3).
Según Madoz, el clima de Mamblas, debido a la humedad o a la insalubridad derivadas de aguas estancadas, solía propiciar la aparición de fiebres intermitentes:
SIT. en terreno llano: le combaten todos los vientos, y su clima es propenso á intermitentes (4).
A partir de 1918, la neumonía gripal va a ser la enfermedad que se cobre más víctimas. El relato que reproduzco a continuación, es un testimonio muy vivo de mi tía paterna María Luisa Gómez Tejeda, sobre la epidemia de gripe en San Pedro del Arroyo, conocida en aquel lugar como El Soldao. La informante duda, al denominar dicha enfermedad, entre la gripe o el cólera. Lo más probable es que El Soldao fuera, no el cólera, sino el virus gripal que diezmó la población mundial entre los años 1918 y 1919 (5).
También hubo una gripe que la llamaban El Soldao, El Soldao lo llamaban ellos. Una peste, se puede decir, que era cólera, que era el cólera. Porque entonces, por la poca higiene, por muchas cosas venían pestes en los pueblos, venían.
Y era tan grande la… mortandad que había, que ya, asustados, pues, para que no…, como era una enfermedad ciertamente contagiosa, que contagiaba a todos… En cuanto en una casa había uno con cólera, pues, otros caían y… Pues hicieron una zanja en el cementerio. Y a todo el que ya parecía que estaba muerto, dicen:
–Ya ha muerto… ¡A la zanja!
Así que vete tú a saber lo que pasaría ahí… Y los pobres, ¡no sé cuántos! ¡Qué sé yo! ¿Cómo…? Pero eso lo he oído contar, y eso es histórico, ¿eh? ¡Sí, sí! Eso es histórico. Eso es histórico, eso es verdadero.
Y cuando venían estas pestes, la gente, pues, temblaba, porque, porque… ¡Claro! No había antibióticos, no había… pues, para, para combatir esos, esos bacilos y esos… pues, esas enfermedades tan, tan mortales que, que había.
¡Ah! La, la llamaban El Soldao. Y precisamente en San Pedro, en San Pedro, nuestro pueblo, murió la… La primera que murió de… esta enfermedad fue una señora que cuando oían decir que estaba…, que venía esa peste, que venía la enfermedad. La llamaban El Soldao a la enfermedad. Dice:
–Aquí no entra, en mi casa no entra, porque me pongo a la puerta, digo: “¡eh, eh! ¡Párate, Soldao!”.
Y fue precisamente la primera que falleció. Y cuando falleció, se reían mucho con ella.
Pues, en… entonces, su, su esposo se llamaba Gabriel, y ella Ascensión. Y fue a llamar a la ventana de, de nuestro bisabuelo, de abuelo Saturnino, le llamaban, el abuelo de… mi padre. Ya llamaban:
–¡Toc, toc, toc! … ¡Saturnino, Saturnino! Que se ha muerto la Ascensión.
Se quedaron todos de una pieza. Y… atemorizados y de miedo, y de lo que…, la paradoja también, lo que pasa, que la muerte está a la vuelta de la esquina (6).
Si atendemos a los recuerdos que atesora en su memoria oral la narradora, recuerdos que le fueron transmitidos por su abuela paterna Prudencia Martín Martín (1893-1978), aparecen tres personajes fundamentales para la reconstrucción de este episodio de la intrahistoria del pueblo: Ascensión, vecina de San Pedro del Arroyo, que falleció a causa de la epidemia; su esposo Gabriel; y Saturnino Martín López (1862-1934), testigo de la historia narrada por la informante.
Como broche final, reproduciré a continuación, parte del acta de defunción de Ascensión B. J., según consta en el Libro de Defunciones nº 5 guardado en el Archivo Diocesano de Ávila:
En el cementerio de la yglesia parroquial del pueblo de San Pedro del Arroyo, Diócesis y provincia de Ávila, a los trece días del mes de octubre del año mil novecientos dieciocho, yo, don José Antonio Buriel, cura regente de esta parroquia, mandé dar sepultura eclesiástica al cadáver de Ascensión B. J., natural de San Pedro del Arroyo, de treinta y seis años de edad, hija de Martín y Juana y consorte de Gabriel, natural de San Pedro del Arroyo, la cual falleció a las quince del día anterior a consecuencia de neumonía gripal (7).
--- Este artículo es una adaptación del capítulo 'Epidemias', de mi tesis doctoral, Luis Miguel Gómez Garrido: 'Recopilación y estudio de un corpus de literatura de tradición oral de La Moraña (Ávila)'. (Salamanca: Universidad, 2012).
1) Julio Sánchez Salgado: Datos para la historia de Mamblas (Ávila) (Madrid: Edición del autor, 2000), pp. 722-723.
2) Gómez Garrido: 'Recopilación y estudio', p. 485.
3) Gómez Garrido: 'Recopilación y estudio', p. 485.
4) Pascual Madoz Madrid: Ávila. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar (1845-1850). Edición facsímil de Domingo Sánchez Zurro (Valladolid: Ámbito, 2000), p. 179.
5) En cuanto al origen de esta pandemia, se plantean dos hipótesis. Según algunos informes, la enfermedad comenzó en el Tíbet en el año 1917 y se propagó a través de las movilizaciones militares de la Primera Guerra Mundial. La segunda hipótesis sostiene que se inició durante la primavera de 1918, entre los soldados del ejército norteamericano reclutados en Kansas (USA) para su traslado al frente en la guerra europea. El desembarco de más de un millón de soldados norteamericanos en Francia fue el detonante que provocó la rápida propagación del virus por toda Europa. La neutralidad de España en el conflicto bélico, unida a la censura de guerra, influyó en la denominación de esta enfermedad, conocida como gripe española.
6) Gómez Garrido: 'Recopilación y estudio', p. 484.
Juan Carlos Harrido | Lunes, 25 de Noviembre de 2019 a las 10:43:44 horas
A la epidemia de 1918 se la conoció en el mundo como la gripe española. Aunque no se originó aquí, fuimos el primer país que habló abiertamente de ella y nos colgaron el "Sanbenito"
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