Gracias a las últimas investigaciones llevadas a cabo por De Tapia, el público expectante que llenaba la sala, y cuantos se acerquen a la historia sociocultural de las gentes que poblaron esta tierra, sabemos que el Mancebo fue una figura clave en la literatura islámica peninsular. Escribió ya en el siglo XVI, cuando el islam estaba prohibido, y su obra por tanto tenía ya un carácter secreto.

Por ello, entre otras cosas, estaba escrita en aljamiado (lenguas castellanas escrita en caracteres árabes), que no podía ser leída nada más que por quien supiera árabe. Y, por ello, también, nunca firmó sus obras, de ahí que sólo se le conozca por el genérico Mancebo de Arévalo.

Una reciente investigación, publicada este año, ha puesto sobre la mesa una sólida hipótesis de identificación del personaje, un miembro de una conocida familia mudéjar de Arévalo, de finales del siglo XV y principios del siglo XVI, sobre el que se puede conocer gran parte de su trayectoria vital, su nacimiento, sus relaciones familiares, su formación académica y sus andanzas y ocupaciones.

Aprovechando estos hallazgos, el Museo de Ávila aprovechará su colección de piezas mudéjares, algunas con epigrafía árabe, para dar a conocer este importante hallazgo, insertándolo en el contexto social y material, la cultura mudéjar, del que surge, de ahí que se programe una exposición y una conferencia. Con tal fin, se inaugurará una micro-exposición, utilizando las propias piezas mudéjares del museo, y enriqueciéndolas con la exposición de un ejemplar original de una de las obras del Mancebo, el códice de la Tafsira conservado en el CSIC.

Dicha obra es una guía de conducta según las normas del islam al tiempo que una narración de sus víajes y contactos por la España del siglo XVI. Poco se sabía antes del denominado Mancebo de Arévalo, seudónimo de un autor criptomusulmán del siglo XVI de gran importancia para la literatura española, escritor del que solamente se conoce lo que se ha podido deducir a través de sus obras, tratados sobre la religión musulmana escritos en español con letras árabes, lo que se llama escritura aljarniada.

Nacido en Arévalo, recorrió muchos lugares de España -se especula con que fuese arriero- y en Zaragoza, en el año 1534, recibió el encargo de escribir un libro sobre la religión musulmana porque los moriscos aragoneses estaban perdiendo las nociones elementales sobre su práctica, ocho años después de su conversión forzosa.

La realización de estas actividades se enmarca en el proyecto de investigación de la Universidad de Valladolid dedicado al estudio de mezquitas y cementerios mudéjares, habiéndose organizado por el Museo dependiente de la Junta de Castilla y León y contando con la colaboración de la Asociación de Amigos del Museo de Ávila.