Del Viernes, 10 de Octubre de 2025 al Lunes, 20 de Octubre de 2025

La Audiencia de Ávila ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía contra la decisión del juez de Vigilancia Penitenciaria que otorgó permiso al esposo de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarin, para realizar voluntariado fuera de la cárcel de Brieva, que lleva a cabo dos veces por semana desde el 19 de septiembre.
La Sección número 1 de la Audiencia da por buena la decisión del juez de Vigilancia Penitenciaria y rechaza el recurso presentado por la acusación pública, resolución contra la que no cabe interporner recurso alguno, según el auto judicial.
El fiscal señaló en el recurso que "no cumple los requisitos legales", ya que "no tiene como contenido un programa específico de tratamiento" y el preso "no ha cumplido la cuarta parte de su condena", de cinco años y diez meses de cárcel, además de que no está sometido a un régimen de aislamiento impuesto de modo forzoso, sino que fue él quien eligió la cárcel de Ávila.
"Desde ahora debe anunciarse que el recurso está destinado al fracaso y ello, en primer lugar, por los brillantes, acertados y profusos razonamientos contenidos en la resolución recurrida, que se dan aquí por reproducidos para evitar repeticiones dilatorias e innecesarias", afirma el auto de la Audiencia Provincial de Ávila.
Acerca de la condena cumplida hasta ahora, el tribunal recuerda que para que un interno clasificado en segundo grado de cumplimiento de una pena privativa de libertad pueda acceder a la ejecución de programas especializados, únicamente puede tener los siguientes: perfil de baja peligrosidad social y que no ofrezca riesgos de quebrantamiento de condena, sin contemplar ni exigir dicho precepto el cumplimiento de la cuarta parte de la condena como presupuesto necesario e imprescindible para que el interno pueda acceder a la realización de tales programas especializados, a diferencia del régimen de otros beneficios o institutos penitenciarios.
El auto dice, sobre la elección de Urdargarín de la cárcel abulense, que el régimen viene impuesto por las especiales circunstancias del centro en el que se desarrolla la ejecución de la pena. "Cierto es que no existe resolución expresa alguna en la que se someta al interno a un régimen de cumplimiento en aislamiento, pero no lo es menos que el mismo viene impuesto por las características del centro de ejecución, siendo así que, como anteriormente se señalaba, la elección del mismo es competencia exclusiva de la Administración Penitenciaria, por lo que cabe concluir que ha sido ésta la que ha provocado, aún indirectamente, esa situación de aislamiento", señala la Audiencia de Ávila.
Más rechazos
También rechaza la argumentación de la Fiscalía de que el cumplimiento de la pena no esté causando al preso efectos de deslocalización, y ello en base a un un informe de la educadora social del Centro Penitenciario en el que se recoge que, "si bien en el interno no se observan las carencias de la mayoría de la población penitenciaria, sí consideramos que la falta de actividades le está afectado negativamente", en referencia a que las especiales características del penal le impiden participar en la programación de actos por profesionales para el resto de las internas.
"Por tanto y en conclusión, el régimen de aislamiento en el que se está cumpliendo la pena por el interno no ha sido libremente elegido por él, sino que deviene impuesto, aún indirectamente, por la Administración Penitenciaria y, en segundo lugar, sí existen en autos datos técnicos que evidencian que dicho régimen de aislamiento le está afectado negativamente, por lo que el motivo se desestima".
En cuanto al tercer motivo de impugnación alegada por la Fiscalía, que el permiso otorgado "no tiene como contenido un programa específico de tratamiento", la Audiencia de Ávila también rechaza tal argumento tras hacer referencia a un informe técnico en el que se recoge que el apoyo que puede prestar el interno al colectivo en el que se pretende desarrollar el programa parece muy enriquecedor y positivo.
De hecho, se añade que el propio recluso ya ha intervenido con personas en riesgo de exclusión como colaborador en otras ocasiones, y ese informe al que alude apunta igualmente "que la colaboración del interno con la ong a la que se alude podría verse como un paso previo a sus futuros permisos de salida y a una clasificación de grado más flexible y aperturista, favoreciendo la reintegración a la sociedad con normalidad y finalizando el aislamiento que impone la prisión".
Tratamiento específico
Por último, en cuanto a la alegación de que el régimen de un tratamiento específico de un interno clasificado en segundo grado en ningún caso es el mismo que el cumplimiento de trabajos en beneficio de la comunidad, "lo cierto es que en la resolución recurrida en ningún momento se alude a que el desarrollo del programa especializado que acoge deba identificarse en forma alguna con el cumplimiento de una pena de trabajos en beneficio de la comunidad, ni que el cumplimiento del programa haya de deparar al interno ningún beneficio en relación al cómputo de cumplimiento de la pena privativa de libertad".
El tribunal entiende que que no se puede equiparar la expresión “Trabajos en favor de la comunidad", que se contiene en la propuesta de la institución en el que se ha desarrollar el programa (quizá en utilización profana del lenguaje forense), con el concepto técnico-jurídico de pena de trabajos en beneficio de la comunidad que se contempla en nuestro Código Penal.
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