También han sido cientos de asistentes los que ha contado la misa celebrada a las 11 horas en la Catedral, adonde ha llegado la corporación municipal acompañada de la Banda de Música Ciudad de Ávila, poco después de que también acudieran los gigantes y cabezudos acompañados de música de dulzaina.

Muchos de los asistentes han tenido que seguir la eucaristía de pie, a través de monitores y la megafonía, en una celebración que se ha prolongado durante una hora, para dar paso a la procesión con la imagen de Santa Teresa, adonde fue trasladada desde el convento de La Santa.

La procesión, que hace un año no pudo celebrarse a causa de la lluvia y ha salido con 9 grados, ha contado, como prólogo, con los gigantes y cabezudos, para luego dar paso a los representantes de las cofradías de todos los barrios de la ciudad y a la imagen de la Santa, y de la Virgen de la Caridad, con el sonido de la Banda de Ávila, de la Banda de Cornetas El Amarrado y de una banda militar.

Entre medias, los canónigos de la Catedral con el obispo, José María Gil Tamayo, además de los carmelitas de convento de La Santa y otros de distintas partes del mundo.

El concejal Miguel Encinar, el más joven, portando la bandera, encabezaba a la corporación municipal y a los representantes institucionales, entre ellos la delegada del Gobierno en Castilla y León, Mercedes Martín, además de Pablo Casado, presidente nacional del PP y miembro de la Diputación Permanente del Congreso, que acude a la procesión desde que fue candidato por Ávila. También ha habido representación de la Universidad Católica y 17 cadetes de intendencia, que acuden cada año a la procesión desde Zaragoza.

El Mercado Grande ha sido, como siempre pero en este caso con las gradas instaladas para la celebración de la Guardia Cuivil, el amplio escenario para contemplar la procesión, que da la vuelta al monumento de la Palomilla para luego marcharse intramuros hacia la casa natal de La Santa, donde también se han dado cita cientos de espectadores para ver la comitiva.