Según la Policía Nacional, fue la pequeña la que, en un descuido, se apoderó del llavero del turismo y activo el cierre en el momento en el que su abuela se bajó del mismo.

En un primer momento, la señora trató de localizar por teléfono a sus hijos para que acudieran a socorrerla, pero se encontraban lejos del lugar. Con el paso del tiempo, la niña empezó a sudar excesivamente y a llorar debido a la elevada temperatura que el coche iba alcanzando.

Por ello la abuela, en un evidente estado de nerviosismo, llamó al 091 y, tras relatar lo sucedido, los agentes acudieron rápidamente al lugar en el que estaba aparcado el coche, donde la mujer se encontraba junto a la ventanilla observando a la pequeña desde el exterior.

Finalmente, y tras valorar la situación, la pequeña fue rescatada en torno a las 13.00 horas del jueves del interior del turismo, después de que los policías rompieran la ventanilla del conductor, al ser la que se encontraba más alejada del bebé.

Tras el rescate, la Policía solicitó una ambulancia para que los facultativos llevaran a cabo un examen médico de la pequeña.