El campus, que se celebra hasta esta semana, ha tenido como objetivos “promover una educación en valores a través del juego, fomentar la importancia de la alimentación saludable y hábitos de higiene, y experimentar sobre técnicas y herramientas en el marco del modelo de acción social de Cáritas, para trabajar la comunidad, la participación y la integración”, según Quintín García, su coordinador.

Las actividades se han desarrollado de lunes a viernes por las mañanas, salvo los miércoles, que en la tardes había actividades en las piscinas municipales.

El campus ha contado con más de 200 participantes, muchos de ellos habituales de las actividades de Cáritas, de diferentes nacionalidades y realidades sociales, que han unido diversión y formación, a través del refuerzo escolar para aquellos que lo necesitaban, juegos, dinámicas, talleres y distintas actividades culturales e interculturales.

Para ello se ha contado con el trabajo de dos educadores, dos monitores de tiempo libre en prácticas y 12 miembros del grupo de voluntariado joven.