Uno de los casos procede del mes de mayo, cuando la Guardia Civil localizó el cadáver de un perro en las inmediaciones del cauce del arroyo del Valle del Tiétar. Tras las correspondientes investigaciones se descubrió que el animal se había fugado en varias ocasiones del recinto donde se encontraba, terminando su última escapada en la muerte del perro. 

El propietario no realizó ningún tipo de actuación ni comunicación a los cuerpos policiales ni a la Unidad Veterinaria para localizarlo. Tras dar con el paradero del dueño del perro y comprobar que carecía de vacunaciones, microchip y desparasitación, fue investigado el 31 de julio por  abandono del animal al no haber dado la guarda y custodia necesaria ni siquiera sus cuidados para evitar su muerte. También se confeccionó la correspondiente denuncia a la Ley de Protección de Animales de Compañía.

El segundo caso ocurrió el 24 de julio, cuando se procedió a la investigación del propietario de otro perro, al comprobar en el lugar de los hechos que el animal se encontraba atado sin libertad de movimiento a pleno sol, sin comida ni agua, careciendo de vacunaciones, desparasitaciones y cartilla sanitaria, además de haber sufrido tratos violentos por parte del dueño.

Las diligencias y el propio animal se encuentran a disposición judicial.

Ambos casos han sido puestos en conocimiento del Área de Sanidad Animal de la Delegación Territorial de la Junta.